En los inicios del nuevo milenio las reuniones de la campaña de lucha contra el ALCA se realizaban en las instalaciones de la Av. Granados y 6 de Diciembre, en el edificio de la Conaie, allá llegábamos quienes estamos convencidos de que el cambio en diferentes campos, como el económico y el social, en Ecuador, eran justos, urgentes y necesarios.
Con su andar pausado llegaba Alberto Acosta, luego de estacionar su sin igual San Remo de los años 90, respaldaba y proponía resistencia a este “Acuerdo de Libre Comercio” que luego se llamaría “Tratado de Libre Comercio”.
En una de esas reuniones recuerdo claramente que necesitábamos nombrar a representantes para ir en comisión a Carondelet y presentar nuestros argumentos económicos, ambientales y de soberanía que avalaban nuestro rechazo a esta nueva imposición estadounidense.
Al frente pasó Alberto y seriamente dijo: “La persona que vaya en nuestra representación, que firme un documento en el que renuncie a ser ‘candidato de nada’, porque después de entrar en contacto con estos políticos, asoman luego candidatizándose con los menos indicados”.
A todas y todos los presentes nos pareció una buena idea, sin embargo, estábamos convencidas/os de que eso no sucedería con las personas presentes, por lo cual nunca tuvimos la precaución de concretar la idea.
Cuánta razón tenía, Alberto; ahora le tocó el turno a usted. Junto a las personas menos indicadas, le veo salir en los medios de comunicación, levantando la mano de los representantes eternos de los partidos políticos que sumergieron al Ecuador en la pobreza total y lo retrasaron en temas como educación, salud, defensa del medio ambiente y los cambios sociales de los que ahora gozamos.
Formó parte de la Revolución Ciudadana y prefirió dejarla a medio camino, ahora muestra sus verdaderos intereses.
Sin embargo, el pueblo es sabio y la historia sabrá juzgar las acciones de cada una de las personas.
Geovanni Jaramillo B.
Activista por los Derechos Humanos
C.C. 170957830-4