Siempre he tenido la motivación de ser escritor, quiero aprovechar la ocasión para agradecerle a usted, muy cordialmente, Sr. Director, la publicación de algunos de mis artículos, le comento que los tiempos son distintos.
Quiero recoger la rima de la canción “… tres cosas hay en la vida: salud, dinero y amor, el que tenga estas tres cosas que le dé gracias a Dios…“. Cuando era joven estaba convencido de que lo más importante que existía era el amor, ya que sin amor no se puede vivir. Pasó el tiempo, vino la edad adulta y me di cuenta de que todo se conseguía con dinero, ya que el dinero lo compra todo, inclusive el amor.
Pero va pasando el tiempo y nos encontramos con los años dorados de la tercera edad; y en esos momentos cruciales nos damos cuenta de que lo más importante es la salud, porque nada se puede hacer sin uno no tiene una condición física saludable para realizar cualquier actividad; por consiguiente, debemos valorar nuestra condición con relación a la salud, que es la que permitirá que podamos ser independientes sin ser una carga para nadie.
Aquella reflexión surgió recientemente tras sufrir un accidente, pero, gracias a Dios, mis hermanos son mis amigos del alma y mis amigos son mis hermanos del alma; y lo más destacado es que mi querida esposa e hijas, y la hija de mi hija se hicieron presentes en mi lecho de dolor, lo cual me demostró que uno cosecha lo que siembra, porque lo que con amor se construye, nada ni nadie lo destruye.
Conclusión: Haz el bien sin mirar a quién, tratando de ser cada día mejor, sabiendo que estamos de pasada, por lo cual tenemos que vivir fraternalmente los unos con los otros. (O)
Lic. Ricardo Ordóñez Jaramillo