Por décadas Quito se desarrolla en base a un modelo de expansión de su territorio urbano; los impactos de esto: Permanente requerimiento de recursos para ampliar los sistemas de servicios públicos y de conectividad. Desmedro de la calidad de vida por los tiempos requeridos por la movilidad social.
Ciudad cara e ineficiente para los actores económicos tanto privados como públicos. Recursos ociosos y en proceso de desvalorización en las áreas vacantes dentro de la ciudad impactos ecológico y de sostenibilidad por la reversión de suelo agrícola a urbano. Amplias áreas urbanas en proceso de tugurización.
¡Quito debe mirarse hacia adentro!
El nuevo modelo de crecimiento debe priorizar la consolidación y recuperación de sus áreas urbanas ya vacantes; los beneficios de esto: No se requeriría seguir con ingentes inversiones por la expansión territorial. Mejoraría la calidad de vida por la disminución del tiempo en desplazamientos.
La base económica de la ciudad seria más eficaz para todos. Se valorizaría los recursos ya invertidos en las áreas vacantes de la ciudad. Se frenaría el impacto ecológico de la expansión. Se recuperarían amplias áreas urbanas en proceso de tugurización.
¡Nuevas estrategias para nuevo paradigma!
Hacia una densificación urbana democrática inclusiva que: Deje atrás la segregación urbana, Aplicando una política de intervención real del distrito en la dinámica de mercado de suelo urbano. Una política de incentivos para la masificación del uso de áreas vacantes.
Redireccionamiento de la inversión distrital para la expansión urbana hacia la consolidación de áreas vacantes, Participación social inclusiva de todos los actores económicos y sociales en la gestión municipal. Impulsar un proceso de fortalecimiento identitario.
¡Urgente Plan Integral de Densificación Masiva del Quito consolidado! (O)
Reinaldo Torres Jaramillo