Tratando de aportar de manera consecuente, entiendo que el empezar un cambio de modelo económico, en el que predomina el ser humano sobre el capital, va a transformar también la superestructura social, el sistema judicial, sus medios de comunicación y con ellos la esencia misma de su funcionamiento. Se plantea un socialismo que conviva con una empresa privada racional, capaz de desarrollar dos objetivos, uno particular, la empresa misma y otro general, el bien común y el buen vivir. Esos procesos, más o menos, han ido a la par en los países de la región, con ideología de izquierda. Se empieza con el control de la economía y este control necesariamente se proyecta al sector de la comunicación. Entonces, los medios públicos, los medios comunitarios y los privados deben coexistir cumpliendo con el nuevo y principal interés: el ciudadano común.
Antes de llegar este nuevo orden dominaban los medios privados, representando a diferentes sectores de la oligarquía y todos ellos a su vez, dependientes de las señales del imperio del norte; es claro que se sentían muy a gusto, solo ellos, representando al sistema; la oligarquía, el capital y “No” al ciudadano común. Esta aparente libertad de prensa, esta metodología de la manipulación, ciertamente, tiene una moral capitalista; donde su objetivo no es ni la patria ni el ciudadano común. Ejemplos: en cada golpe de Estado contra los gobiernos de izquierda, los canales de televisión privados emiten programas de dibujos animados; porque no les interesa en este caso informar al pueblo. Actualmente, con el caso de Venezuela, están tratando de caldear el ambiente al máximo, con la esperanza de tumbar a Maduro, quien cuenta con las fuerzas armadas y el pueblo en las calles.
En CNN, el servil Oppenheimer hacía una entrevista a un legislador socialista de Venezuela y cuando este empezó a ilustrar que el ex embajador de EE.UU. Otto Reich tenía negocios en la industria petrolera venezolana, lo cortaron, aduciendo que se fue la señal. En cada invasión de EE.UU., a Irak, Afganistán, etc., el Dpto. de Estado toma el control de los noticieros. El ejemplo más evidente de irrespeto a los derechos humanos y a la libertad de prensa es el caso del soldado Manning, quien hizo públicos documentos de EE.UU. que mostraban su codicia y maldad. Actualmente está preso e incomunicado. Siendo EE.UU. el país más poderoso del mundo, representa el mayor peligro para la humanidad, su paz y su desarrollo, decide a quién y cuándo dirige su poder, siempre disfrazado por las ONG pagadas por él y por los medios de información privados a nivel mundial.
Volviendo a nuestro presente en Ecuador, el libertinaje de los medios de comunicación privados debe ser controlado, porque el principal interés ya no es capital, sino el pueblo. A propósito, creo que el principal bastión del nuevo socialismo es la democracia participativa y el pueblo en las calles, una dinámica constante entre nosotros, los ciudadanos comunes y la dirigencia gubernamental. Se acabó el tiempo de la ignorancia política de las grandes mayorías, del pueblo estático, dormido, manipulado y dividido, fácil presa del sistema capitalista, o de cualquiera. Está naciendo una nueva moral, la moral socialista, preocupada por el bien común. Ya no funciona el dicho “Vive y deja vivir”, el nuevo lema debe ser “Vive y ayuda a vivir”.
Atentamente
Ney Mancheno Dueñas