El caballo se ha convertido en una importante herramienta de ayuda en deporte, recreación y terapia. En las labores de campo es un compañero de trabajo diario, el cual nos transporta con seguridad para supervisar los trabajos donde los vehículos motorizados no llegan, y nos permite observar el mundo de manera distinta, aunados a la naturaleza.
En la época de la Conquista, el caballo se convirtió en un importante aporte para el desarrollo.
El 23 de mayo de 1493, los Reyes Católicos ordenan el envío a América -en el segundo viaje de Colón- de 20 caballos y cinco yeguas escogidos en el Reino de Granada, donde eran criados celosamente por las órdenes religiosas, reconocidos en esa época como los mejores caballos, por su finura.
La sensibilidad del hombre de campo adopta al caballo, cambiando su uso militar, ejecuta crianza dirigida, lo selecciona y lo adapta para diferentes usos, como carga, tiro, y principalmente para transporte. Usado también en las guerras de independencia por las peonadas montuvias en las guerras montoneras se vuelve junto al machete y al fusil parte de la identidad revolucionaria.
Con el advenimiento del jeep y la motocicleta, el abigeato y pérdida de espacios agrícolas, Ecuador fue dejando de lado el uso del caballo, perdiendo también así parte de su identidad y la oportunidad para volverlo otro aporte del sector agropecuario de gran potencial comercial.
El caballo es uno de los animales domesticados por el hombre con el cual ha llegado a compenetrarse y a entenderse de manera completa, volviéndose amigo, consejero silencioso y compañero de campo. (O)
Pedro Pablo Jijón Ochoa