La partidocracia está de muerte... con la herida abierta, derramando lágrimas de sangre. La revolución le cayó como puñal en el alma. Está desesperada, no sabe qué hacer para detener el avance incontenible del desarrollo y la justicia social, representada -ahora sí- por el pueblo, que una y otra vez, por siete veces consecutivas, ha ganado en las urnas, respaldando mayoritariamente al presidente Rafael Correa.
No sabe de qué valerse ni a quiénes recurrir. A ella le ha tomado la posta la prensa mal llamada “independiente”. No podrá parar esta infinidad de logros, obras y aciertos, derroche de energías, de pasión, entrega y mística de servicio total a la patria.
Nos pone como sus contradictores, a quien nos dijo que de la soberanía “no se come”, ¡qué vergüenza!; un ciudadano, que por hechos circunstanciales llegó a ostentar la primera magistratura de la nación, se haya expresado de aquella mala manera; o al de “Rayando a la desinformación”, que él mismo se encarga de generar; o de “¿Quién quiere ser millonario?”, con sus “ilustres” comentarios notorios y sesgados; o la señora de “Los desayunos” que nos revuelven el estómago en las mañanas; y/o al “Pájaro” Febres, que con su plumilla desgastada con su ironía singular ha defendido siempre al poder oligárquico.
Todos ellos se muestran con sus rostros encogidos cuando entrevistan a simpatizantes del cambio, pero con rostros diáfanos, transparentes y sonrientes, cuando lo hacen con Hurtado, Páez, Lara, Tibán, Viteri, Montúfar y algunos mentirositos más.
Es una obligación moral de los ecuatorianos blindar al Presidente, ante la arremetida nefasta de los sectores de la oposición, que son, en definitiva, los grupos plutocráticos que representan el pasado oprobioso, que son escarnio de la sociedad ecuatoriana.
Son aquellos que se resisten a perder sus privilegios, sin pensar jamás en el bien común, y que se confabularon y complotaron para bajar del poder y asesinar a Alfaro; son los que hoy, agazapados cual felinos, utilizando tontos útiles, tratan de desestabilizar la democracia.
Pero no van a poder, porque las grandes mayorías están comprometidas con la historia y la revolución.
Del señor Director
Galo Bonifaz Saltos
Guayaquil