El atraco perpetrado contra Barcelona S.C. en Uruguay, por parte del árbitro chileno Enrique Osses, es un hecho que no debería quedar impune.
Existen las pruebas contundentes, se conoce al malhechor, se tienen sus datos de domicilio, así como el prontuario. Todos debemos recordar que este mismo “árbitro” fue quien anuló un gol a Valencia en el juego por eliminatorias frente al combinado de Uruguay.
Por coincidencia, en esta ocasión Osses volvió a favorecer a Uruguay. ¿Será que el autocalificado “dueño del fútbol” en Ecuador y su cartel, la FEF, abogarán por uno de sus representados? ¿“Luchito” hará escuchar su voz de protesta en la CSF?
Si no fuera así, el equipo ídolo debería pedir la intervención de la Europol, aquella entidad seria que destapó la corrupción en las ligas de Europa. Con lo sucedido contra Barcelona, aumentan las dudas sobre el proceder de las autoridades del fútbol sudamericano.
Los amarres y demás corruptelas se hacen evidentes.
Miguel Villón
Guayaquil