Causa mucha pena visitar la ciudad de El Quinche, donde se encuentra el centenario santuario de su Virgen. Desde hace varios meses, en que inició la nueva junta parroquial por mandato popular su trabajo, esta querida ciudad parece que soportó un sismo.

La destrozaron para efectuar trabajos en calles, plazas, avenidas, lugares de turismo, ahora llenas de escombros, tierra, retiro parcial de adoquinado, calles cerradas, con la carretera que va de Guayllabamba al Quinche con miles de baches y allí quedó, lo peor; parece que a nadie le importa ni al Cabildo capitalino, peor a la junta parroquial. No es justo que se trate así a una ciudad que por mil títulos es un lugar sacrosanto y que el Papa en su visita la calificó como un verdadero tesoro.

Desde esta columna me permito formular un SOS para esta ciudad, que se proceda ya a su restauración, que se vea algún presupuesto especial para ello, el turismo debe estar bajando significativamente y también sus negocios que constituyen parte de la economía de su pueblo, a quién le va a gustar visitar un santuario cuyos alrededores están en pésimas condiciones y sus calles destrozadas.

Un llamamiento muy respetuoso a la empresa privada para formular un pedido de ayuda, al Ministerio de Turismo, ya que el Cabildo parroquial entiendo no dispone de medios, se hace necesario acudir en su auxilio, pero no se puede ver con impavidez esta lamentable situación.

Pedro Díaz Estrella