Mucho le agradecería ordenar la publicación de esta carta, que tiene como objeto pedir atención para un gravísimo suceso que ha sido anunciado hoy por varios medios de prensa: la agresión física de
que ha sido objeto el artista guayaquileño Daniel Adum.
El hecho, que parece haber sido cometido por trabajadores municipales de Guayaquil en funciones, es alarmante y dice mucho de las políticas de terror que parecen imponerse hoy como forma de gobierno en la sociedad ecuatoriana. Aparentemente es también una consecuencia más de la escalada de represión municipal que sufren los artistas de la ciudad por la naturaleza de sus obras.
Mi solidaridad con ellos, especialmente con Daniel Adum, y mi llamado a la Fiscalía, al fiscal general, a las veedurías y observatorios, a la prensa, a los organismos defensores de derechos y de la democracia, a las instituciones culturales y educativas y a la comunidad de artistas para que reaccionen en el ámbito de sus competencias, a fin de que el terror como instrumento de gobierno sea castigado y erradicado de nuestra vida pública.
Mi llamado particularmente al Gobierno central y al Ministerio de Cultura, que al no reaccionar ante estos hechos está haciendo una peligrosa dejación de sus responsabilidades.
Mario Campaña
C.C. 0907281992
Nota de redacción
Diario El Telégrafo es quizá el único medio impreso que ha dado seguimiento responsable y con la importancia debida a este tema. Cualquier lector puede verificar en cada una de las ediciones de los últimos días el tratamiento periodístico, porque -sobre todas las cosas- ha sido un asunto de interés público ciudadano.