Cuando nos invitan a una buena comida, al final, luego de agradecer, se preguntan los secretos de la preparación y se intenta repetir en casa de uno. En política, los acontecimientos sociales tienen características sumamente diferentes y distintas. Por ello, si hacemos memoria, por ejemplo, todas las recetas del Fondo Monetario Internacional aplicadas en nuestros países fracasaron. La historia nos ha demostrado que los planes emanados desde la CIA, el Pentágono, la OTAN, en distintos tiempos y lugares, todos fracasaron; enviaron como recetarios planes militares para detener el avance de la lucha de los pueblos y ejecutaron acciones militares para implementar las dictaduras y los gobiernos neoliberales, el objetivo es el mismo: imponer el pensamiento único configurado en el modelo capitalista.
Hace un año en Venezuela se dieron las llamadas ‘guarimbas’, con la finalidad de exigir la renuncia del Presidente elegido por la mayoría de los venezolanos. Ese intento de desestabilización no fue un acto fortuito o espontáneo, sino que fue otro plan preparado desde EE.UU., en coordinación y complicidad de la oligarquía venezolana. Inmediatamente este plan fue reconocido como ‘golpe blando’, que hace aparecer a las protestas como actos legítimos de los pueblos, antesala para luego invadir militarmente. Eso ocurrió en Afganistán, Irak, Libia, Siria y ahora Yemen.
El caso ecuatoriano no está tan lejos de esa realidad, hace dos semanas se inició una serie de movilizaciones pequeñas de algunos sectores de la derecha ecuatoriana con el pretexto de impedir la aprobación de las leyes de herencia y de plusvalía. Inmediatamente estas protestas se tornaron violentas.
La Av. de los Shyris de Quito se convirtió en el escenario de insultos, amenazas y de agresiones físicas contra ciudadanos que se mostraron a favor del Gobierno y del proyecto que impulsa la Revolución Ciudadana. Las marchas de la oposición estaban cargadas de elementos simbólicos que emanaban odio, ira, arrogancia, prepotencia, desesperación, esquizofrenia. Estaban vestidos de negro y portaban banderas negras. Según la psicología del color, de Eva Heller: “El negro es un color sin color. La negación del negro se manifiesta por ejemplo en que el amor es rojo, pero si el rojo va acompañado de negro, se convierte en la caracterización del odio. (...) En este sentido el negro combinado con otros colores es una de las peores combinaciones de colores, ya que suele representar el egoísmo, la infidelidad y la mentira”.
Otro elemento simbólico que usaron estos grupos golpistas fue la bandera negra, que significa el fascismo de la Alemania de Hitler.
¿Qué es lo que demuestran estas manifestaciones de la oposición? Pues que esto no es una iniciativa aislada, alguien ha estado planificando. En principio apareció uno de los banqueros más prósperos del Ecuador, que con sus discursos de campaña cree que ya es Presidente, es cada vez inusitado, vacío y falso; y el otro actor principal es el Alcalde socialcristiano de Guayaquil. Los dos conocidos como políticos nefastos de la vieja partidocracia: Guillermo Lasso, ideólogo de la incautación del feriado bancario y banquero evasor; Jaime Nebot, exgobernador del Guayas que asistía personalmente a presenciar la tortura a los opositores políticos en el gobierno de Febres-Cordero. ¿Creerán que la ciudadanía es sorda, muda, ciega y sin memoria?
Milton Chamorro
Periodista Surandantes Comunicación Comunitaria
