El Centro Histórico de Quito es Patrimonio de la Humanidad declarado por la Unesco en mérito a su enorme valor urbano, arquitectónico y simbólico. Cualquier intervención que se haga en él exige un análisis profundo y detenido de distintas alternativas, a fin de preservarlo íntegramente.
En el portal www.compraspublicas.gob.ec consta la calificación de una oferta para que realice el Proyecto de Demolición de varios edificios del Centro Histórico de Quito.
Seguramente con buenas intenciones se habría considerado la opción de eliminar tales edificaciones que son de tinte moderno. Además de apreciaciones estéticas también existen cuestiones urbanísticas y simbólicas decisivas en esta temática.
¿Es necesario derrocar edificios porque hacen falta plazoletas? ¿Son despreciables esos edificios al punto de preferir botarlos para construir espacios públicos residuales? ¿Para qué destruir edificios que pueden ser muy útiles?
Hay alternativas y experiencias en el mismo Quito Histórico que servirían como base para contextualizar los señalados edificios sin recurrir a derrumbarlos, ahorrando costos económicos, históricos y sociales.
El caso exige de autoridades y ciudadanos un análisis crítico, tomando en cuenta el criterio de los expertos, pero sobre todo la obligación de preservar nuestro legado cultural y la investidura de Patrimonio Histórico de la Humanidad.
Por ello he propuesto, para conocimiento del señor Alcalde metropolitano, mediante comunicación de 25 de junio de 2013, una alternativa distinta al derrocamiento, tomando como ejemplo, por su porte y simbolismo, el edificio de la exJefatura Provincial de Salud de Pichincha, ubicado en las calles Mejía y García Moreno.
Asimismo, envié copias de la propuesta al señor presidente de la República, Rafael Correa; al señor Ministro de Desarrollo Urbano y Vivienda y al señor presidente del Colegio de Arquitectos de Quito.
Sería urgente el aporte de nuevos conceptos o alternativas para cohesionar la propuesta que se ejecute, porque la resolución de los temas trascendentes de Quito es de responsabilidad colectiva, contribuyendo realmente a la toma de mejores decisiones por parte de nuestras autoridades.
Estaremos todos de acuerdo en que, mientras los edificios cuestionados sigan en pie, hay tiempo para elegir la resolución técnica y urbanísticamente adecuada al contexto patrimonial e histórico en que se emplazan.
Arq. Jorge Carvajal Aguirre
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