Publicidad
Sr. Alcalde: Ud. tiene el derecho a sus ambiciones políticas, tiene pleno derecho a realizar las acciones en el marco de la legitimidad y legalidad que considere necesarias para cumplir sus sueños de ascendencia política y tiene nuestra anuencia de ciudadanos para que aspire a lo que sus capacidades le otorguen. A lo que no tiene derecho es a descuidar los intereses quiteños en aras de sus ambiciones políticas, no tiene derecho a poner en segundo plano sus obligaciones de burgomaestre por seguir a intereses ideológicos que no tienen relación con sus responsabilidades actuales, ni tiene derecho a manipular o a permitir que se lo haga en lo que a intereses sociales se refiere.
Reciba los siguientes consejos de un ciudadano común que acaba de incluirse en lo que se denomina ser adulto mayor: dedíquese a la administración de la ciudad con pasión y con vocación social, demuéstrenos que es capaz de manejar la cosa pública por sobre sus ambiciones políticas, haga de su compromiso con la ciudad su razón de ser mientras su alcaldía dure, no imite ni se cobije con liderazgos que han demostrado ser partícipes de la tragedia nacional, no desaproveche su juventud echando ‘ajos’ que tienen nula aceptación en la idiosincrasia de la ciudad, no gobierne con amigos suyos, hágalo con amigos del pueblo que posean las aptitudes y actitudes acordes con las necesidades de buena gobernanza; camine hacia su futuro con frutos evidentes y no pierda sobriedad en manifestaciones intrascendentes, sitúese por encima de mediatismos que no le generarán buena ‘vibra’ para su futuro, agilite las obras trascendentes para la ciudad y, sobre todo, revierta sus experiencias actuales motivadas por sus exagerados y electoreros ofrecimientos que le valieron la elección. Esto podrá ser apreciado por los electores quiteños y lo más probable es que le dé legitimidad en sus aspiraciones.
Lo que acaba de pasar en el mercado de Santa Clara es muy decidor de lo que le espera a la ciudad si no se opta por otros rumbos: bastaba que los que querían ir al plantón a su favor, vayan. Los que no deseaban ir se quedan trabajando, y punto. ¿Por qué cerrar el mercado? Eso no es democrático. Y será mucho más antidemocrático si se adoptan sanciones para los que no piensan igual a usted o a sus seguidores.
Por último, Sr. Alcalde, ¿está seguro de que está actuando a la altura que el ejercicio del mandato recibido requiere?
Atentamente
Kléver Medina Alvarado