Se dice muy a menudo que la niñez es el futuro de la patria o que los jóvenes son la esperanza de la sociedad y que se espera mucho de ellos. Se refieren a niños/jóvenes en abstracto, claro está no a niños/jóvenes en concreto porque no es lo mismo un adicto inducido de los sectores o barrios populares que uno de los sectores amurallados de la periferia de la ciudad y con alto poder económico, con capacidad para costear un tratamiento fuera del país y que pase oculto por el resto de la sociedad; solo se publican las noticias de niños/jóvenes adictos de los hogares pobres porque eso deja un buen rating.

La adicción a la que han sido inducidos miles de niños/jóvenes en nuestro país, y que se expresa dramáticamente en los estudiantes es un tema que debe convocarnos a todos. El Estado se conforma a través de sus ministerios de lo social y de policía a elaborar estadísticas, atender en los centros de salud y a planificar operativos contra el traficante cercano a las unidades educativas. Los medios privados o públicos, igual da, asumen la información y comunican el ‘problema’ a su manera. Las más altas autoridades hacen cosa parecida, pero todos ellos enfocan las soluciones hacia los padres y a la familia como responsables de orientar a los niños/jóvenes para que los cuiden y no permitan que prospere la adicción, como si los padres de los sectores populares no trabajasen; estamos hablando de jóvenes de 12 años en adelante y que nacieron en el contexto de la más brutal migración de sus padres hacia otros países quedando en manos de abuelos ancianos o parientes.

Las soluciones no son sencillas ni fáciles, pero no se ha pensado que el ‘problema’ es mucho más profundo y serio de lo que parece. Y hace falta, además, mucha creatividad para enfrentar este tema. Propongo que empecemos por diseñar una estrategia de rehabilitación, recuperación y reinserción de los niños/jóvenes adictos. Rehabilitación acondicionando en los mismos establecimientos educativos salas de rehabilitación bien equipadas, con actividades lúdico deportivas, ejercicios y aprendizaje para que el niño/adicto no regrese a su hogar y que los padres puedan trabajar. Recuperación con tratamiento sicológico y asistencia médica, luego la reinserción en otros barrios o sectores de la familia. Estas estrategias no le cuestan mucho al Estado, si consideramos que esos niños/jóvenes tienen derechos constitucionales.

Soc. Marco Lituma Yánez