Tu pluma o lápiz no es libre, cuando lo empleas como arma para atentar contra los derechos humanos, la dignidad y la reproducción de jerarquías. No esta prohibido el humor, ni la risa esta siendo pecado actualmente en el país.
Se esta interpretando como falta de sentido del humor, cuando ya no se acepta el acoso moral (bullying o mobbing) o la discriminación para la comicidad mediante la burla, parodia, sátira, sarcasmo, hipérbole, ironía, etc. El humor agresivo en una caricatura que emplea la exageración y la violencia implícita o explícita va dirigido a menoscabar la autoestima del acosado, camuflando entre otros: racismo, discriminación, sexismo, clasismo, persecución, homofobia, xenofobia, odio, intolerancia a las personas con capacidades diferentes, etc. y dando lugar al escarnio público de la víctima.
En la Segunda Guerra Mundial nuestros hermanos judíos fueron lamentablemente víctimas de ‘caricaturas racistas’ que sumadas al abuso de poder e intolerancia desembocaron en el ‘Holocausto’. Estas caricaturas fueron realizadas también en nombre del ‘humor libre e ilimitado’.
El trabajo de un futbolista, de un campesino, obrero o artesano es tan digno como el de un académico, intelectual o científico en la sociedad. La Constitución de la República no excluye a los ciudadanos ecuatorianos de elegir y ser elegidos como asambleístas por pertenecer al gremio del fútbol. Las personas tampoco pueden ser excluidas de la sociedad por problemas de aprendizaje, de estudiar, trabajar o ejercer cargos públicos.
No se puede juzgar o solicitar que renuncie a su cargo el asambleísta Delgado, por el hecho aislado de leer fallidamente un discurso. Esto no quiere decir que tenga que ser excluido o no pueda desempeñar eficientemente y de forma ejemplar su cargo.
Es nuestro digno representante, con mucha capacidad y merece estar en la Asamblea Nacional. Puede ser que desafortunadamente al leer su discurso su asesora no fue efectiva, a lo mejor los nervios le traicionaron en ese momento clave frente a la audiencia, por el compromiso social y cívico adquirido, o simplemente que tenga algún problema con su aptitud para la lectura y comprensión lectora. Pero no por eso puede ser perseguido como objeto de bullying moral y digital.
Existen miles de personas en el Ecuador con problemas psicolingüísticos (de léxico o fonológico), para superar esto se emplea estrategias de pedagogía de educación especial.
El buen humor promueve el bienestar y no genera consecuencias sicológicas en las víctimas de acoso moral y conductas disfuncionales como: ansiedad generalizada, fobias, depresión, soledad, estrés, miedos irracionales postraumáticos y en el peor de los casos, suicidio.
En la dinámica del acoso moral, la misma víctima es acusada de ser su propia victimaria por su ‘falta de humor’, por su hipersensibilidad, por malinterpretar, de extrema fragilidad, de ser amargada, de auto victimización o de no poseer la capacidad de reírse de ella misma.
No podemos permitir el humor a costillas de la dignidad de otro ser humano, que genera una situación traumática para el acosado y su familia.
Patricia Mantilla R.