El domingo 10 de febrero del año en curso, en el diario EL TELÉGRAFO se publicó un testimonio bajo el título “Jorge Palacios: El cura Cordero arruinó mi vida”, en la sección Personaje de la semana, redactado por Carla Maldonado (Quito), página 7.
El Arq. Jorge Palacios afirma que ha hablado conmigo y me acusa de haber encubierto el caso al no haber dado el trámite pertinente; más aún, descalifica mi presencia en Guayaquil. Ante tales aseveraciones y en honor a la verdad, debo manifestar lo siguiente:
El 29 de mayo de 2018, cuando la Dra. María Palacios, hermana del Arq. Palacios, en una entrevista en Radio Tomebamba, me acusó de encubrimiento, mediante un comunicado, le indiqué que jamás había utilizado los términos que ella me atribuía; y, del mismo modo, le expliqué que, para iniciar el proceso de investigación, era necesario la denuncia formal ante el Tribunal Eclesiástico de la Arquidiócesis de Cuenca por parte de la víctima por ser ya mayor de edad, gestión que no se hizo, con lo cual su acusación no tenía asidero alguno. (cfr. Documento adjunto)
En esta ocasión, el Arq. Palacios sostiene que se comunicó conmigo y que me pidió que hiciera algo en contra del agresor, afirmaciones que no coinciden con la verdad; pues a él tuve la oportunidad de conocerle no físicamente, sino en una entrevista en vivo por Telerama, con su presencia en Quito y la mía en Guayaquil.
Con estas aclaraciones no pretendo polemizar con ninguna persona o institución, sino tan solo exigir que se obre con justicia, pero siempre basados en la verdad de los hechos. Por tal motivo, solicito publicar el presente comunicado, como expresión del derecho a la defensa del buen nombre que tengo como ciudadano.
Reiterando mi solidaridad y defensa de todas las víctimas de cualquier forma de abuso, más aún si son cometidas por miembros de la institución a la que pertenezco, me suscribo de usted. (O)