Hay que orar a Dios, antes de salir a la carretera o a la calle, por el temor de no regresar a casa. Se han multiplicado los accidentes peatonales y vehiculares.
Tal vez en el caso de las motos y bicimotos, por ser un transporte de uno y dos pasajeros, los accidentes pasan desapercibidos, pero estos vehículos son los más peligrosos, ya que, al ser conducidos por irresponsables, causan graves accidentes al rebasar y cruzar las calles con el semáforo en rojo y a exceso de velocidad. Además de tener las llantas lisas, faros y luces de guías en mal estado.
En los pequeños pueblos las motos son el transporte común (conductores menores de edad o personas sin documentos), pero resultan muy peligrosos si no se toman las debidas precauciones al conducirlas. Conductores irresponsables, frecuentemente, irrespetan las leyes de tránsito en la urbe: exceden la velocidad, no toman precaución al virar esquinas unidireccionales, irrespetan al peatón sin importar que sean parapléjicos o de la tercera edad, se paran en la zona peatonal, pitan.
Los semáforos hay que sincronizarlos para no congestionar el tráfico y dar más tiempo al peatón, en especial para los parapléjicos y tercera edad, para cruzar calles anchas, como la Machala y Quito.
En las carreteras, por estar en excelente estado, también se excede la velocidad permitida, no rebasar en curvas y al ingresar reducir velocidad, acelerar a la salida para estabilizar el vehículo, no hay que invadir el carril izquierdo y al rebasar ser precavido, no tomar licor la noche anterior, ni ingerir líquidos ni comidas porque provoca soñolencia, antes o cuando conduce.
Repase o lea la cartilla con las leyes y señalización de tránsito, si no la tiene, obténgala en las oficinas de tránsito. Si ha bebido una copa de licor, tiene alguna preocupación o está estresado, no conduzca.
Atentamente
Héctor García Rivera