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Ecuador, 22 de Diciembre de 2024
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El Telégrafo

La política de Ecuador es proteger a quienes están en indefensión

Cuando una persona es perseguida por razones de índole político, el asilo diplomático se muestra como un valor jurídico que está arraigado entre los países de América Latina. Esa es la explicación de los especialistas en derecho internacional público. 

El experto Miguel Vasco explica que la región, en general, y el Ecuador, se ha caracterizado por mantener la política de brazos abiertos para las personas que, como en el caso de Julian Assange (fundador de WikiLeaks), han tenido certezas fácticas y comprobadas de que son víctimas de hostigamiento de índole político.

“En los años 70 del siglo pasado, hubo un conflicto bilateral entre República Dominicana y Brasil. Entonces el gobierno del país sudamericano pidió a Ecuador que acogiera a sus ciudadanos en su embajada en Santo Domingo para posteriormente entregarles el asilo diplomático. Esto se realizó hasta que las diferencias políticas entre ambas naciones pararon”, indicó Vasco.

En una entrevista a Radio Pública, el embajador Hernán Holguín dijo que Ecuador tiene historias largas, complicadas e importantes de asilo diplomático: “Recordemos las épocas tenebrosas del Gobierno de Papa Doc (François Duvalier) en Haití. En ese entonces tuvimos decenas de asilados políticos en la Embajada de Ecuador en ese país, quienes fueron perseguidos por Papa Doc porque se creía el líder espiritual de esa nación y negó el salvoconducto a los solicitantes”.

Holguín dijo que luego de la negativa del gobierno haitiano se tuvo que realizar una acción diplomática diferente: una triangulación, para que los haitianos fueran trasladados a la embajada de Brasil, en Haití. “Hemos tenido casos complicados en la historia, no obstante, todo  ha dependido de la decisión política de los gobiernos nacionales”, culminó.

Por su parte, Vasco también destacó el asilo diplomático que el Ecuador ha otorgado, a lo largo de los años, a los ciudadanos cubanos que no estuvieron de acuerdo con la Revolución de 1959. “Estamos enmarcados en una convicción filosófica de asilo”, agregó.

Ambos analistas de derecho internacional coinciden en que el Ecuador -ahora más que antes- se caracteriza por el paradigma de la inclusión, de puertas abiertas, más allá de las diferencias en materia ideológica.

La apertura del país en defensa de los derechos humanos no solamente se enmarca en favor de líderes políticos, periodistas, entre otros, sino también para las personas que se encuentran en situación de indefensión.

Así, Ecuador acoge al mayor número de refugiados en su territorio (56 mil, siendo el 98% de ellos colombianos, según la Cancillería). Según el canciller Ricardo Patiño, la decisión de otorgar el refugio nunca ha implicado la posibilidad de romper relaciones diplomáticas con ningún país amigo.

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