Julian Assange, periodista australiano y fundador de WikiLeaks, pidió asilo político en la Embajada ecuatoriana en Londres el pasado 19 de junio. De ese momento hasta la actualidad han transcurrido 30 días, un mes.

Pero no es sólo pensar en cómo está Assange emocionalmente mientras espera que el Gobierno ecuatoriano termine de analizar su pedido y decida si lo acepta o lo rechaza. La inquietud también apunta hacia su organización.

Christian Christensen, investigador sueco sobre la relación medios de comunicación y sus conflictos, especialmente los que ha producido WikiLeaks al divulgar cables diplomáticos y documentos clasificados, opina que en el aspecto financiero el bloqueo que ha recibido este organismo se ha roto un poco.

Por ahora WikiLeaks está recibiendo de nuevo donaciones de sus colaboradores a través de un sistema de tarjeta de crédito francés.

“¿Por cuánto tiempo éste se mantendrá abierto? WikiLeaks ha recibido un golpe financiero severo como consecuencia del bloqueo. Pero un tribunal de  Islandia dio la sentencia a favor de WikiLeaks contra Valitor (Visa - Islandia)”, de que el bloqueo era ilegal.

Christensen comenta que el fallo a favor del organismo se dio porque la entidad bancaria suspendió la posibilidad de hacer donaciones a través de Internet en diciembre de 2010. Asimismo, considera que sin ese apoyo es difícil para WikiLeaks seguir adelante.

WikiLeaks sigue funcionando normalmente como demostró hace poco al publicar los cables sobre Siria. En su página no publican nombres del equipo principal, pero sí que todos tienen maestrías y son de 4 continentes.

Sobre la situación emocional de Assange durante su estadía indefinida en la Embajada ecuatoriana en Londres, ni los funcionarios allá ni los de la Cancillería en Quito han dado declaraciones, excepto de que se encuentra bien y en buenas condiciones de salud.