La retórica ocultaba las reales intenciones de la embajada
Lo que realmente preocupa a la embajada es la estabilidad de sus intereses y la influencia para edificar un modelo de país promoviendo acciones que puedan ser vistas e interpretadas como incentivos para alcanzar una sociedad democrática, justa y equitativa, aunque el objetivo real sea blindar los intereses estadounidenses como evidencian varios cables, antes y después del triunfo de Rafael Correa, en 2006.
La embajada remite el cable 06QUITO2150 del 28 de agosto de 2006, codificado como confidencial y lo titula: Elecciones Ecuador: ¿Qué hay en juego? Ahí reporta que “extrañamente el candidato más atractivo para el país es Rafael Correa, quien lucha con Cynthia Viteri y Álvaro Noboa por el primer lugar (…) aunque ninguno de los candidatos volverá a mantener una relación bilateral con EE.UU., como en los días felices, cuando Lucio Gutiérrez era el presidente electo, y fuera declarado ‘nuestro aliado más fuerte en América Latina’, ninguno de los principales contendientes afectaría tanto los intereses de EE.UU. como Rafael Correa”. Y deja sentada la alarma: “En privado, hemos advertido a nuestros contactos políticos, económicos y a los medios de comunicación de la amenaza que Correa representa para el futuro de Ecuador”.
El cable reconoce que Correa es quien ha planteado las posiciones más duras sobre temas económicos, y su elección desbarataría cualquier esperanza de unas relaciones armoniosas y comerciales con EE.UU. Jewell reporta a Washington que públicamente Correa rechaza la idea de un TLC con los EE.UU. diciendo: “El modelo neoliberal ha fracasado, afirma sin rodeos, y debe ser reemplazado por algo nuevo”.
Ni las advertencias ni el plan, tanto de la embajada como de la oposición, surtieron efecto alguno en la votación de la primera y segunda vuelta. Rafael Correa Delgado ganó con más del 63%.
DE NUEVO: AL ATAQUE
Aparentemente preocupados por una posible inestabilidad del país, la embajada retoma el plan profundizando sus tácticas por la defensa de sus intereses, los beneficios de las élites y muy relativamente por la defensa de la democracia que había sido tan decantada en el “Plan de Acción para la Democracia”.
Y anuncia en el cable 06QUITO2991, del 11 de diciembre de 2006 las acciones para evitar conflictos políticos e inestabilidad que podría propiciar el gobierno de Rafael Correa. La idea es articular varios frentes al mismo tiempo.
“No nos hacemos ilusiones de que los esfuerzos del Gobierno de EE.UU. por sí solos darán forma a la dirección del nuevo Gobierno o el Congreso, pero esperamos aprovechar al máximo nuestra influencia, trabajando en concierto con otros ecuatorianos y grupos que comparten nuestros puntos de vista. Las propuestas de reforma de Correa y la actitud hacia el Congreso y los partidos políticos tradicionales, si no se controlan, podrían extender el actual período de conflicto político y la inestabilidad.
Sin embargo, el uso de tácticas de transformación diplomática y el trabajo en conjunto con aliados en la comunidad, de donantes, el sector privado y la sociedad civil, hay muchas áreas en las que esperamos trabajar de forma productiva con el gobierno de Correa para servir a los intereses mutuos. Nuestra táctica debe incluir tanto la diplomacia pública y privada, y, siempre que sea posible, ofrecer incentivos positivos concretos”.