La Corte habría tenido lista la orden de prisión a directivos del Banco del Pichincha, según Lucio
La situación de Lucio Gutiérrez fue agudizándose poco a poco en los días previos a su caída y huida. Monitoreado por la Embajada y recibiendo ayuda directa diariamente, no pudo revertir su predecible final.
El 16 de abril un cable confidencial de la Embajada en Quito (000839) informa: “el Presidente Gutiérrez dijo a la Embajadora que declaró el estado de emergencia porque se enteró de que la Corte Suprema estaba a punto de ordenar la detención de los directores del Banco Pichincha… “President Gutiérrez told the Ambassador April 15 that he declared the state of emergency because he learned that the Supreme Court was about to order the arrest of the directors of Ecuadors largest bank, the Banco de Pichincha…”.
Añade el cable: otra razón de la declaración de emergencia, de acuerdo con Gutiérrez y otros funcionarios del Gobierno (entre los que menciona a Mauricio Pozo), es que la Corte Suprema de Justicia de Ecuador está a punto de retirar los cargos pendientes en contra de banqueros prófugos (ahora en los Estados Unidos), Roberto y William Isaías, lo que les permite regresar a Ecuador sin la amenaza de arresto.
“It was Pozo who first told the Ambassador about the state of emergency. Another reason for the emergency declaration, according to Gutierrez and other GOE officials is that the Supreme Court was also about to dismiss pending charges against fugitive bankers (now in the United States) Roberto and William Isaias, allowing them to return to Ecuador without threat of arrest”.
Las protestas crecieron en volumen y Gutiérrez se ve obligado a retroceder y levantar el Estado de Emergencia, pero la ira en las calles, tomadas por los denominados forajidos, se mantenía. De hecho, delegados del Gobierno hacían lo imposible por contactar a líderes sociales para tender puentes, pero la relación ya estaba rota.
Por el detalle de los informes, la Embajada tiene claras las intenciones que impulsaron a Gutiérrez a decretar el Estado de Emergencia y lo señala diciendo “Estamos convencidos de que la verdadera cuestión en juego entre los Bucaram, Gutiérrez y la oposición no es la independencia de los tribunales, sino la permanencia de la polémica decisión de permitir que Bucaram regrese”.
La declaratoria de Estado de Emergencia no fue consultada con la Embajada, provocando su molestia, que es transmitida a Gutiérrez el 18 de abril durante un desayuno... “Ordenar el estado de emergencia fue un mal movimiento táctico, y no notificar a la Embajada de antemano un abuso de confianza”. Le advirtieron además que “cualquier intento de disolver la legislatura no sería tolerado por el Gobierno de Estados Unidos”.
Gutiérrez ni corto ni perezoso reportó de inmediato los pasos siguientes indicando incluso que podría acceder a Jaime Nebot, alcalde Guayaquil, y que su asesor “no oficial de Guayaquil, el banquero Guillermo Lasso fue a medir el interés de la Iglesia en asumir un papel conciliador en la solución de la crisis política”. Una vez concluido el jalón de orejas a Gutiérrez, la Embajada retoma los contactos para medir la situación.
Diputados, movimiento indígena, autoridades militares, embajadores, entre otros sectores son contactados para conocer su posición. Se confirma que “varios grupos indígenas no tienen planes inmediatos para unirse a las manifestaciones”