Un promedio de $ 50.000 se gastaron en la actividad
San Pedro y San Pablo se cerró con baile y comida
Machalilla, Puerto López.-
Mientras el disco móvil ponía a bailar al gobierno de Los Negros en su palacio, ubicado en el sector de 5 de Junio, en Machalilla, el jipijapense Wacho Pin ya había perdido la cuenta de cuántas cebollas había picado. Era una ruma de la hortaliza la que tenía en frente.
Pin formó parte de un equipo de 6 personas, bajo el control de María Morán (todos de Jipijapa), que fue contratado para cocinar en el palacio de Los Negros para el banquete de ayer, en el cierre de las fiestas de San Pedro y San Pablo.
Los moradores de Machalilla (localidad perteneciente al cantón Puerto López) no realizan actividad alguna, todos participan en la festividad. Todos los servicios los prestan personas de ciudades cercanas, como Jipijapa o Manta.
Ya en el baile, la cumbia predomina. Así como hay fiesta para Los Negros, lo mismo sucede en el palacio de Los Blancos. Ahí, Jorge Licoa, ministro de Defensa de su grupo, no para de bailar al son de la orquesta Latinos de Manta.
Cogió como pareja a su prima, María Licoa. Juntos disfrutan entre decenas de parejas que están en la pista. “Las fiestas han estado bien bonitas, la presidenta se ha esforzado por atendernos bien y todos la hemos apoyado”, destaca Jorge.
El currincho da vueltas por el sitio; son varios los servidores del aguardiente, infaltable en las festividades manabas. “Los más aniñados tomamos whisky”, lanzó Jaime Licoa, hermano de Jorge, quien bailaba entre la multitud y servía el mencionado licor sus allegados.
Lourdes Urrunaga, presidenta de Los Blancos, destacó la entrega de todo su gabinete para las fiestas. “Estoy muy feliz, porque todos se están divirtiendo. Este baile es la muestra de la unidad de mi equipo, porque estamos todos y además hay mucha ciudadanía que ha venido a festejar con nosotros”.
En la fiesta nocturna no hubo uniformes, contrario al resto de actividades del festejo de San Pedro y San Pablo; pese a esto, cada miembro del gabinete tenía puesta su banda, en la que estaba el nombre y cargo de cada uno.
El baile se extendió hasta la madrugada del jueves. Ya en la mañana de ayer hubo la misa diaria, luego de la cual los presidentes de este año, Lourdes Urrunaga, por Los Blancos, y Javier Limones, de Los Negros, entregaron el poder a los mandatarios del próximo año: Johnny Tomalá y Carlos Romero, respectivamente.
Wellington Urrunaga, presidente del comité organizador de las fiestas, indicó que en años anteriores los presidentes eran escogidos, pero que ahora, “las propias personas se vienen a ofrecer. Es un gasto muy grande el que se hace en las fiestas, pero ellos aceptan la responsabilidad como devoción a San Pedro y San Pablo”.
Al mediodía hubo el banquete ofrecido por el gobierno de Los Negros, en su palacio, para Los Blancos y la ciudadanía en general.
El jueves, la invitación fue en viceversa. En Machalilla los almuerzos son abiertos al público, contrario a otras localidades donde también se celebra Pedro y Pablo, como en Jaramijó, donde solo los gabinetes entran al banquete.
“Nosotros preparamos 5 quintales de arroz, con carne, pollo, chancho y ensaladas. Damos lo mejor de nosotros para que las fiestas se den de la mejor manera”, destacó la presidenta Urrunaga.
En promedio, en la festividad se gastan $ 50.000. Cada gobierno hace una inversión que supera los $ 20.000, además el comité organizador también hace un gasto, que este año fue de $ 7.000. (I)
El gobierno de Los Negros recibió ayer con un banquete a Los Blancos, en el último día de fiestas. Foto: Rodolfo Párraga / EL TELÉGRAFO