Manabí festeja a Pedro y Pablo hasta octubre
La devoción, la música de bandas de pueblo y de orquestas, los encuentros, las procesiones marítimas y el compartir, se matizan en Manabí con las fiestas en honor a los santos apóstoles San Pedro y San Pablo, de mitad de año en adelante.
Son nueve cantones de la costa de la provincia, como Portoviejo (Crucita y Picoazá), Manta, Jaramijó, Montecristi, Puerto López, Pedernales, entre otros, los que realizan estas festividades en diferentes fechas, que son desde junio hasta octubre, pese a que el calendario cristiano señala como día de fiesta de los apóstoles el 29 y 30 de junio.
Los presidentes de palacios de Jaramijó tienen todo listo para el evento, que será a mediados de agosto y que dura ocho días.
Se incluye, para que disfruten los ciudadanos, el festival de la chicha, bebida de maíz que es una tradición en estos festejos que llevan más de ocho décadas.
Estas celebraciones tienen un plan de contingencia que presentan los representantes de palacios, para que todo se desarrolle con normalidad y éxito.
Geoconda Menéndez, directora municipal de Turismo, explica que el evento es desde el 16 hasta el 24 de agosto, pero el 10 de ese mes se inaugurará la actividad con el Corpus Christi.
Milagros Vélez es una de las presidentas (palacio San Pablo y Jaramijó) que se alista para la gran cita, en la cual los pescadores dejan su faena para participar.
De niña acompañaba a delegaciones en esta fiesta y así comenzó su devoción, sin imaginar que en algún momento le tocaría liderar uno de los llamados “gobiernos”. Estas celebraciones tienen 92 años de tradición en la localidad.
En estas fiestas la inversión por palacio se aproxima a $ 30.000. En los actos religiosos los presidentes son designados un año antes para la siguiente fiesta.
En la parroquia Machalilla, de Puerto López, el festejo se desarrolla a finales de junio anualmente. En la presente edición, realizada hace poco, se efectuó una romería marítima en la cual los integrantes de los gabinetes y ciudadanos participaron.
Estas fiestas del cantón fueron declaradas como Patrimonio Inmaterial de Ecuador el 28 de junio de 2007.
Son atractivas para los turistas, que esta vez vieron un elemento adicional que generó buenos criterios, como el uso de las máscaras de los integrantes de los gabinetes Negro y Blanco durante el pregón.
La idea surgió de un proceso y trabajo de cerca de 17 técnicos del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC), indica Wellington Urrunaga, gestor cultural de Machalilla.
En esa parroquia, en el año 1945 los integrantes de los gobiernos Negro y Blanco se pintaban los rostros, tradición que se mantuvo hasta 1965. La fiesta de ahí en adelante tomó otro giro.
Según Urrunaga, en 2018 con la Casa de la Cultura de Manabí se articuló el tema de ejecutar el pintado de cara de los integrantes de los gabinetes con un matiz profesional, pero encontraron ciertas cosas que dificultaban el empleo de la pintura.
“El sol la derretía, pero queríamos mantener la tradición. Luego surgió la propuesta de las máscaras, consideramos la ancestralidad y la acoplamos a lo contemporáneo. Fueron hechas de yeso”, destaca Urrunaga.
A Priscila León, coordinadora del gobierno de la república de Blanco, le agradó esta idea que, asegura, realza las fiestas y se mantendrá.
En Manta algunos barrios, como Miraflores, cumplieron su agenda a finales de junio. Este sector demuestra su fe a los santos desde hace 35 años. Lo destaca Edwin López, coordinador del evento. Ahí participaron vecinos y personas de otros puntos.
El domingo 30 de junio, último día de las fiestas, se designaron los presidentes, que tienen un año para planificar la siguiente edición. La inversión fue menos que en otras fiestas en la provincia.
López estima que cada presidente invirtió aproximadamente $ 6.000, monto al cual también contribuye el gabinete.
El historiador mantense Joselías Sánchez narra que las fiestas de San Pedro y San Pablo, en Manabí, tuvieron sus inicios en Montecristi.
Destaca que se arraigó la religiosidad y se volvió una fiesta sincrética (fiesta religiosa que se le agregan elementos culturales propios del pueblo que realiza estos actos).
Sostiene que “esta es una fiesta que retrata la idiosincrasia del pueblo cholo de Manabí”.
En Picoazá, donde hay un monumento en honor a estos dos santos, las fiestas también se desarrollaron con gran algarabía, como ocurrió en Jama y Sucre.
En otras localidades, como Santa Marianita de Manta, las fiestas son en octubre. Desde ya se establecen reuniones de los gabinetes para llegar con todo listo.
En esa parroquia rural de la ciudad la conmemoración es de tres días. (I)