¿Qué tipos de violencia contra las mujeres existen?
La violencia contra las mujeres es un acto sexista que produce cualquier tipo de daño físico, psicológico o emocional y se traduce en el maltrato verbal o físico en cualquier contexto. En este contexto todos los tipos de violencia contra las mujeres, porque no hay ninguno que sea menor, son consecuencia de la discriminación que las mujeres sufren a través de las leyes o prácticas y persisten por razones de género.
Todos, desde el menosprecio o la discriminación hasta la agresión física, sexual o el asesinato, son manifestaciones de la necesidad de un cambio y un problema grave que se debe solucionar para obtener una igualdad real entre las personas.
Es imprescindible conocer y reconocer qué tipos de violencia existen en nuestras sociedades para poder combatirlos. Se debe tener en cuenta que no existe un maltrato peor que otro, pues todos surgen de la discriminación y terminan en la violencia física, la opresión y hasta la muerte.
Entre las formas de violencia más común están:
1. La violencia económica
Corresponde a cualquier acción, ya sean estas directas o mediante la ley, que buscan una pérdida de recursos económicos/patrimoniales mediante la limitación. Por ejemplo, las mujeres no pueden tener propiedades o hacer uso de su dinero o de sus derechos patrimoniales.
Este tipo de violencia contra la mujeres es una de las más comunes, incluso en países con alto índice de desarrollo humano (IDH), e incluye todo tipo de acto que genere limitaciones económicas con la intención de controlar el dinero o privar de medios económicos para vivir de forma autónoma
2. Violencia laboral
Presente en varios países donde se dificulta el acceso de las mujeres a puestos de responsabilidad laboral, también puede ser por complicación en su desarrollo en la empresa o estabilidad por el hecho de ser mujer. Este tipo de discriminación constituye uno de los más comunes y algunos ejemplos son el no cumplimiento de igual salario para hombres y mujeres en puestos idénticos o los despidos o no contratación a causa de posibles embarazos.
Una realidad contra la que tenemos que luchar tanto hombres como mujeres.
3. Violencia institucional
Es aquella mediante la que funcionarios o autoridades dificultan, retrasan o impiden el acceso a la vida pública, la adhesión a ciertas políticas e incluso la posibilidad de que las personas ejerzan sus derechos.
4. Violencia psicológica
Puede darse en todo tipo de contextos -en la pareja y la familia suelen ser los más comunes- y consiste en cualquier acción que sintamos que nos degrada como personas o trata de controlar nuestras acciones o decisiones.
Este tipo de violencia contra las mujeres no tiene por qué alcanzar el hostigamiento o la humillación, sino que puede manifestarse como acoso, restricción, humillación, manipulación o aislamiento, produciendo daños emocionales y perjudicando nuestro desarrollo personal hasta problemas emocionales y psicológicos muy graves que han llevado a muchas mujeres al suicidio.
La violencia psicológica suele ser la puerta de entrada hacia otros tipos de violencia, como la física o la sexual, por lo que debemos tener cuidado si creemos que se presentan muestras de este tipo de violencia. Si dudamos, lo mejor siempre será hablar con un profesional que nos asesore.
5. Violencia física
Se traduce en cualquier acción que provoca daño o sufrimiento físico y afecte a la integridad de la persona: hematomas, heridas, quemaduras y hasta un empujón es violencia física y jamás se debe excusarla.
6. Violencia sexual
Toda acción que amenaza o viola el derecho de una mujer a decidir sobre su sexualidad y abarca cualquier forma de contacto sexual. La violencia sexual no se limita a forzar a una mujer contra su voluntad, sino a cualquier tipo de acoso, explotación, abuso o intimidación, sin importar si se da dentro o fuera del matrimonio o de cualquier relación.
7. Violencia simbólica
Es aquella que recoge estereotipos, mensajes, valores o signos que transmiten y favorecen el hecho de que se repitan relaciones basadas en la desigualdad, el machismo, la discriminación o la naturalización de cualquier rol de subordinación de las mujeres en nuestras sociedades.
Se trata de un tipo de violencia contra las mujeres más difícil de erradicar, porque está anclado en la colectividad y la mera permisividad lo fortalece: así un chiste o la transigencia ante valores que tradicionalmente se han aceptado dificulta los cambios.