Al menos siete personas murieron al producirse un sismo de magnitud 5,7 el miércoles de noche en el este de Turquía, que provocó el derrumbe de 25 edificios, entre estos un hotel, indicó el viceprimer ministro, Besir Atalay.

Hasta ahora 23 personas fueron rescatadas vivas y siete fallecieron, según el servicio de gestión de emergencias y catástrofes.

Poco antes, el viceprimer ministro, Besir Atalay, informó que eran cinco los muertos. Otras personas estarían atrapadas entre los escombros, pero Atalay no precisó la cantidad. El temblor se produjo a las 19:23 GMT  y su epicentro se situó en el distrito de Edremit, a 15 kilómetros de la zona en la provincia de Van afectada por un sismo de magnitud 7,2 el 23 de octubre, en el que murieron más de 600 personas y al menos 4.150 resultaron heridas, comunicó el canal de información NTV.

El miércoles por la noche, 25 edificios se derrumbaron, de los cuales 22 estaban vacíos, lo que provocó corridas de pánico, precisó el ministro de Relaciones Exteriores, Ahmet Davutoglu, que se encontraba en la región y que también se dirigió al lugar afectado por el sismo.

“Las operaciones de búsqueda continúan en tres edificios”, agregó. Según la televisión TRT, entre los edificios que se derrumbaron figuran dos hoteles. No se sabe cuánta gente había en ellos, por lo que el balance de víctimas podría aumentar.

La televisión NTV señaló que un hotel de seis plantas, principalmente habitado por periodistas y equipos de la Media Luna Roja Turca, se derrumbó en la ciudad de Van.

Nueve aviones con unos 300 rescatistas fueron enviados a la zona afectada, precisó TRT. Las operaciones de rescate continuaban por la noche con palas mecánicas.

Las televisiones indicaron que varios de los edificios derrumbados habían resultado dañados en el sismo del 23 de octubre. “Es muy pronto para saber si se trata de una réplica (del temblor del 23 de octubre) o de un (nuevo) sismo”, declaró a NTV el profesor Mustafa Erdik, director del Observatorio Kandili de geofísica de Estambul.

El temblor del 23 de octubre destruyó numerosas viviendas en las ciudades y pueblos de la provincia de Van, cercana a la frontera con Irán.

Solo en la ciudad de Van, la capital regional, más de 5.000 edificios se derrumbaron, lo que relanzó la polémica por las violaciones a las normas sísmicas.