Brasilia.-

La nueva fiscal general de Brasil, Raquel Dodge, advirtió ayer que nadie está por encima de la ley, pero abogó por apaciguar la guerra de poderes desatada en el país por denuncias de corrupción que alcanzaron al presidente Michel Temer.

“La armonía entre los poderes es un requisito para la estabilidad de la nación”, dijo Dodge, de 56 años, en su discurso en el Ministerio Público Federal (MPF) en Brasilia.

La jurista también levantó la bandera de la lucha contra la corrupción como una prioridad para su gestión de dos años: “Nadie está por encima o por debajo de la ley”, declaró. Brasil, sentenció, ya “no tolera la corrupción y no solo espera, sino también exige resultados”.

La nueva fiscal, de 56 años, sustituye en el cargo a Rodrigo Janot, quien puso en marcha la Operación Lava Jato, que desveló la colosal red de corrupción enquistada en la estatal Petrobras, que ha llevado a prisión a decenas de políticos y grandes empresarios. En las últimas semanas, Janot presentó nuevas acusaciones en contra de los expresidentes Luiz Inácio Lula da Silva y Dilma Rousseff y también de Temer, a quien ya había acusado de corrupción pasiva.

Dodge, que cursó estudios en Brasilia y los completó en Harvard, es la primera mujer en ejercer como procuradora general. Funcionaria del MPF desde 1987 y llega al cargo en pleno recrudecimiento de la crisis causada por una saga de escándalos que entrelazan al Estado con las mayores empresas del país.

Sus primeros pasos serán observados con atención por propios y ajenos, mientras la Corte Suprema decide si transmite a la Cámara de Diputados el último pedido de denuncia contra Temer.

Dodge buscó una fórmula que sirva de orientación, entre tantas presiones. “El país pasa por un momento de depuración. Los órganos del sistema de administración de justicia tienen en el respeto y la armonía entre las instituciones la piedra angular que equilibra la relación necesaria para hacer justicia”, afirmó, en un pasaje elogiado por Temer, que presenció el acto. (I)