El Partido Socialista Obrero Español (PSOE) clausuró ayer su 38 Congreso Federal con la elección de su cúpula dirigente y con la apuesta de su nuevo líder, Alfredo Pérez Rubalcaba, por un "cambio de óptica" que les permita recuperar la confianza de los españoles.    

Con una reivindicación de la "fuerza, audacia y grandeza" de los socialistas, clausuró Rubalcaba el Congreso que  ha consolidado al frente del PSOE, aun a costa de la división evidenciada por el estrecho margen de 22 votos con los que la víspera se impuso a Carme Chacón, su rival por la secretaría general del partido. 

La ex ministra de Defensa y paladín de casi la mitad del millar de delegados participantes en el plenario ha rechazado formar parte de la nueva Ejecutiva Federal del PSOE, diseñada tras una noche de consultas y compuesta por el "núcleo duro" de la guardia pretoriana de Rubalcaba.

El 80,4% de los delegados dieron su visto bueno a esta Ejecutiva de 38 dirigentes propuestos por Rubalcaba y que, según el ex vicepresidente del Gobierno y ex ministro de Interior español, es "representativa del conjunto de militantes socialistas españoles", lo que ya han puesto en duda algunos de esos partidarios. Como "número dos" del PSOE aparece Elena Valenciano.