Las opiniones que algunos diarios -inclinados hacia la derecha- en Nueva York, publican sobre el asesinato de 2 policías de esa ciudad son las mismas que se manifestaban en las elecciones de 2013, cuando criticaban la oposición del ahora alcalde Bill de Blasio a la política del ‘stop and frisk’, una práctica que -aunque con antecedentes legales- violaba los derechos ciudadanos, particularmente de las minorías: negros, hispanos y de Oriente Medio.

Luego de la muerte de los 2 agentes (hace 6 días) los políticos Rudy Giuliani y Pat Lynch han aprovechado la oportunidad para atacar, sin remordimiento, al alcalde De Blasio y al movimiento social que protesta por las prácticas de brutalidad policial en la ciudad más poblada y diversa de Estados Unidos.

Los diarios, como el New York Post, no han dudado en calificar el asesinato de los policías Rafael Ramos y Wenjian Liu como la revancha de los grupos que luchan por mayor igualdad, como el movimiento #BlackLivesMatter.  

Uno de sus titulares refiere que el exalcalde Giuliani “suplica a De Blasio proteger las vidas de los policías”, mientras que Pat Lynch, presidente de la hermandad Patrolmen’s Benevolent Association, acusó directamente al alcalde y al movimiento social de “tener las manos manchadas con sangre”.

El diario de noticias online The Nation critica la “capacidad para olfatear sangre” que tienen los medios de comunicación que defienden los intereses de la derecha en Nueva York. Destaca el hecho de que el incendiario presentador de la cadena de televisión Fox (propiedad del multimillonario Rupert Murdoch) Bill O’Reilly haya interrumpido sus vacaciones para regresar al aire y exigir la renuncia de De Blasio, acusándolo de ser el principal responsable de la muerte de los 2 agentes.

El pecado de De Blasio ha sido su capacidad de diálogo con los grupos que protestan por la brutalidad policial y de canalizar las exigencias sociales de manera legal.

Los ataques no detienen la lucha

“Este es el curso de las cosas”, dijo el reverendo Michael A. Waldrond Jr., un día después de la muerte de los 2 policías, durante una manifestación en Harlem, un barrio de mayoría hispana y negra en Nueva York. Waldrond sabía que a partir de entonces los grupos de defensa de los derechos humanos serían atacados y satanizados.

Entonces invitó a los neoyorquinos a no desmayar, a no dejarse intimidar por las opiniones extremistas que “intentarán culparlos de las acciones de un desequilibrado mental” que disparó a sangre fría contra los oficiales.

Joo-Hyun Kang, directora ejecutiva de Comunidades Unidas por una Reforma Policial, calificó como equivocado el conectar un acto aislado de una persona con problemas mentales con la lucha sin violencia de los neoyorquinos que demandan justicia.

“Pretender callar las voces de quienes buscan justicia, dignidad y respeto (con publicaciones escandalosas) es simplemente un error”, sentenció Kang.

Del otro lado del país, desde Ferguson, Misuri, Ashley Yates, parte de Ferguson Action, sugirió que el Departamento de Policía de Nueva York intentaba utilizar la tragedia de los 2 policías asesinados para silenciar a los grupos que luchan contra la brutalidad policial. Pero “eso no va a suceder”, advirtió.

En varios puntos del país la mañana de Navidad, grupos de defensa de los derechos civiles volvieron a las calles: Nueva York, Saint Louis, Ferguson y Berkeley, en el último poblado, cerca a Ferguson, en las vísperas de Navidad la Policía mató a un joven negro, supuestamente armado.

Datos

El exalcalde Rudy Giuliani es una de las figuras entrevistadas por una facción de los medios de Nueva York. Giuliani culpa al actual alcalde de no proteger a los policías.

El diario New York Post consideró que el asesinato de 2 gendarmes de Nueva York, por parte de un individuo con problemas mentales, era la revancha de los grupos que luchan por los derechos civiles.
Bill O’Reilly, presentador de Fox, interrumpió sus vacaciones para regresar a su programa y demandar la renuncia del alcalde de la ciudad, Bill de Blasio, quien se reunió con grupos pro DD.HH.

“Pretender callar las voces de quienes luchan por justicia, dignidad y respeto es simplemente un error”, consideró Joo-Hyun Kang, directora ejecutiva de Comunidades Unidas por una Reforma Policial.