Jóvenes protestan en Brasil contra la gestión pública
Brasilia.- “El destino es claro, único, objetivo y específico: revocar el aumento” del transporte público, anunció el movimiento Passe Livre de San Pablo, Brasil, una agrupación nacida en las universidades y que ha encabezado las protestas que comenzaron en esa ciudad hace diez días y se han extendido por todo el país.
Nuevas manifestaciones se realizaron ayer en Sao Paulo y Río de Janeiro, luego de que el lunes unas 250.000 personas se tomaron las calles de decenas de ciudades para protestar contra el alza de 7% de los pasajes (de 1,5 a 1,6 dólares) y el gasto público en eventos deportivos, como la Copa Confederaciones de fútbol que organiza la FIFA y el Mundial del año próximo.
Los manifestantes, en su mayoría jóvenes con educación superior y apolíticos, demostraron que la protesta de los brasileños también apunta a la pésima calidad de los servicios, la corrupción, la inflación, la violencia policial y un sinnúmero de asuntos, que revelan un malestar social generalizado.
Las protestas del lunes fueron consideradas las mayores registradas en el país desde 1992, cuando una movilización popular de dimensiones similares contribuyó a la caída del gobierno del entonces presidente Fernando Collor de Melo, quien dimitió en medio de un sonado escándalo de corrupción.
Al respecto, la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, dijo ayer que las manifestaciones son “legítimas”, que “la voz de la calle tiene que ser escuchada” y que las multitudes que han salido a protestar han enviado un mensaje a los gobernantes.
Rousseff, una exguerrillera que luchó contra la dictadura y pagó con cárcel y tortura, afirmó que en las calles de Brasil hubo una participación de los ciudadanos en busca de sus derechos, y “mi generación sabe cuánto eso nos costó”.
Sus únicas palabras de condena fueron para los episodios de violencia, de los cuales dijo que “no ensombrecen de ninguna manera el espíritu pacífico” de las protestas.