España se encamina hacia unas terceras elecciones generales para dirimir el bloqueo institucional en el que se encuentra. El Congreso rechazó la candidatura del conservador Mariano Rajoy para ser presidente del país por segunda vez en tres días mientras su alternativa natural, el socialista Pedro Sánchez, continuó sin despejar la incógnita sobre si intentará presentar una candidatura de cambio, tal y como se lo pidió expresamente el líder de Unidos Podemos, Pablo Iglesias. Idéntico resultado, 170 votos favorables a Rajoy frente a 180 en contra del líder del Partido Popular (PP), que abren un destino político incierto para la deseada estabilidad del país.   

El único cambio en los discursos de ayer respecto a los escuchados el miércoles fue que Pedro Sánchez apeló a los “diputados del cambio” para hallar “una solución” que desbloquee la situación política en el Estado.

Sus únicas palabras novedosas ante la fallida investidura de Rajoy fueron las que dispararon las especulaciones sobre los movimientos de aproximación a fuerzas alternativas que permitan la gobernabilidad de España.

El presidente en funciones, por su parte, insistió en la gran coalición o, como mal menor, la abstención de los socialistas para poder gobernar. Pero todo fue inútil. Rajoy, con una sonrisa de circunstancias al borde ya de la noche estival, salió derrotado del Congreso.

El único desenlace destacable en el día de ayer fue el triunfo parcial logrado por Pedro Sánchez en el pulso interno que mantiene con los sectores más centristas del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) respecto a la conveniencia de permitir un gobierno derechista y liderar una fuerte oposición.

Fue el mismo expresidente español Felipe González quien reconoció la imposibilidad de facilitar la elección de un ejecutivo conservador si el PP no se plantea la sustitución de Mariano Rajoy como candidato.

En su opinión, esta sería la única “racionalidad” frente a la convocatoria de unas terceras elecciones.

“El partido más votado presenta un candidato que es el más vetado”, señaló González. Pero, por el momento, el PP ni lo plantea. “Nuestro candidato seguirá siendo Rajoy”, respondió la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría.

Pero la corrupción asociada a la dirección del Partido Popular es tan lacerante en España que llegar a un acuerdo con Rajoy es una sentencia para el resto de formaciones políticas del país.  

Pablo Iglesias, por su parte, aprovechó los pocos minutos que disponía para dirigirse a Sánchez y pedirle audacia: “Solicito al PSOE que se aclare. Está bien que haya derrotado a los que querían abstenerse pero expliquen si quieren elecciones”.

A la par, Albert Rivera, en la línea esperada, atacó a los socialistas a quienes culpó de imponer un bloqueo. “De ustedes depende que haya un gobierno razonable en España”, aseguró quien hace dos meses denunciaba al PP su inmovilismo y exigía a Rajoy su retirada de la política.

A partir de hoy, después de comprobar el estado de la política española y el fracaso de esta investidura del líder del PP, se abre un escenario inédito. Si no se producen cambios radicales en la postura de los partidos, el próximo 31 de octubre se volverán a disolver las Cortes, el Congreso y el senado, abriéndose un periodo de 54 días para la celebración de nuevas elecciones.

De esta forma, si no hay otra sesión de investidura, España será convocada una vez a las urnas para el día de Navidad, el 25 de diciembre, o el 18 de diciembre si los partidos logran modificar la Ley Electoral para acortar la campaña una semana.

Ante esto y la imposibilidad de formar Gobierno tras las primeras elecciones del pasado 20 de diciembre y la repetición de comicios el 26 de junio, hace evidente la necesidad de una reforma al sistema electoral y a las estructuras del Estado que permita un gobierno estable en la nación. (I)

DATOS

Vacío institucional. Desde ahora empezó una especie de vacío institucional similar al que ya se produjo entre marzo y mayo, en el que el Rey puede volver a proponer a otro candidato, incluido el propio Rajoy y a Pedro Sánchez, destacó diario El País.  

El Gobierno seguirá en funciones con competencias limitadas, como no poder presentar proyectos de ley, y solo podrá actuar en caso de extrema necesidad.

El último día de septiembre serán prorrogados los Presupuestos de 2016, para que se mantengan en vigor desde el 1 de enero de 2017.

Los partidos estiman que hasta después de las elecciones gallegas y vascas del 25 de septiembre no es previsible ningún cambio y, por tanto, no habrá cambios de que alguna lista renuncie a algo. (I)