Autoridades y parlamentarios perfilan el proceso de sucesión monárquica en España, paralelamente con la movilización de sectores que demandan un referendo para la instauración de la III República.

Según estimados de la Mesa de la Cámara Baja, la proclamación del príncipe de Asturias, que reinará como Felipe VI, se realizará el 18 de junio, luego de debatir el día 11 los proyectos de ley para oficializar y regular la abdicación de Juan Carlos I, quien anunció que cederá el trono a su hijo.

Paralelamente a los preparativos oficiales, partidarios de un estado republicano convocaron para el próximo sábado otra manifestación, luego de 2 días consecutivos de demostraciones.

La bandera republicana (roja, amarilla y morada) presidió por tercer día consecutivo en la madrileña Puerta del Sol una concentración de cientos de personas convertida en especie de asamblea popular para debatir las opciones futuras de España.

Con un carácter más reflexivo que el día anterior, los manifestantes expresaron criterios, entre los más reiterativos está el de mantener la movilización republicana hasta que concluya el proceso de sucesión.

Izquierda Unida (IU), tercera fuerza política del país, y otros partidos convocaron igualmente a luchar por la consulta popular, con fuertes críticas a la corona, salpicada de escándalos y acusaciones de corrupción.

IU adelantó que el día 11 presentará una alternativa al proyecto oficial y propondrá el referendo monarquía-república, en un intento por convertir en debate un procedimiento que los partidarios de la monarquía quieren pasar con rapidez y sin sobresaltos.

La sucesión cuenta con el apoyo de los partidos Popular (PP) y Socialista Obrero Español (PSOE), que juntos acumulan el 80% de los votos del Congreso, y ya adelantaron su oposición a la propuesta de IU y otras fuerzas cercanas.

Precisamente, la probabilidad de que en las elecciones de 2015 el PP y el PSOE pierdan su predominio (sin alcanzar el 50% de los asientos) es considerada por diversos sectores la causa de la sorpresiva abdicación del rey Juan Carlos el pasado lunes.

Dado el deterioro de la salud del monarca, la abdicación era una posibilidad de muchas opciones, aunque se entiende que Juan Carlos quería esperar a cumplir los 40 años de reinado, pero para entonces la correlación de fuerzas podrá ser más hostil que hoy a la sucesión.

En tanto, el futuro rey Felipe VI, de 46 años, llamó a los españoles a permanecer unidos, este miércoles en su primer discurso tras la abdicación de su padre, quien le hereda un país asfixiado por la crisis, donde crecen las tensiones políticas. Pero sobre un país, cuya ciudadanía, indignada por los múltiples escándalos de corrupción del Gobierno y la realeza, pierde confianza en las instituciones al tiempo que aumentan los partidarios de un retorno a la república.