Con sonrisas de aparente satisfacción y la palabra sintonía en los labios, los líderes del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y Unidos Podemos anunciaron su disposición a reconstruir los puentes rotos entre ambas formaciones hace 15 meses para desalojar a Mariano Rajoy del Palacio de la Moncloa.

Las dudas estriban de qué forma y, sobre todo, cuándo lo harán porque, de momento, el socialista Pedro Sánchez rechaza de manera frontal presentar una nueva moción de censura contra el actual jefe del ejecutivo español que sería apoyada por la formación de Pablo Iglesias.   

Aparcada esta vía, el entendimiento entre las dos formaciones mayoritarias de izquierda en España se limitará a la puesta en marcha de un equipo de trabajo conjunto que elabore una agenda socioeconómica alternativa a la que hoy maneja el gobierno conservador.

A partir del lunes, la portavoz del PSOE en el Congreso, Margarita Robles y su homóloga de Podemos, Irene Montero, encabezarán las dos delegaciones en el intento de alcanzar un acuerdo de fondo sobre cuestiones tan cruciales como la inclusión laboral del 40% de jóvenes entre 18 y 30 años que hoy están desempleados en España, las relaciones laborales, las pensiones y el desbloqueo de las medidas parlamentarias que el gobierno mantiene congeladas en el Congreso.

Otras cuestiones como el CETA, el acuerdo de libre comercio entre Europa y Canadá por el que Unidos Podemos quiere recurrir al TC; el techo del gasto presupuestario que el gobierno quiere congelar y la posibilidad de incluir en las negociaciones a los neoliberales Ciudadanos, quedaron fuera de la hoja de ruta conformada entre ambos partidos.

Al menos, para un sector nada desdeñable de la prensa especializada y analistas que continúan mostrando una imagen terrible del secretario general de los socialistas. (I)

El proceso de PSOE durará varios meses

Fuentes socialistas indicaron ayer que el proceso ‘de limpieza interno’ que ha iniciado el líder del PSOE durará aún varios meses. La defensa de la plurinacionalidad de España que con tan buenos ojos es observada desde Unidos Podemos y con tanta hostilidad desde el PP.

Ante estos movimientos políticos en la izquierda, Rajoy reconoce que ha empezado a jugar en serio a la política suprapartidista, luego de tantos años de poseer la mayoría absoluta. (I)