11 linces ibéricos, especie en vías de extinción, no pudieron ser rescatados
El incendio en Doñana amenaza el parque nacional más grande de España
Una semana después de que 65 personas perecieran abrasadas en el incendio de Portugal, otro siniestro de características similares consume desde el sábado el perímetro del parque natural de Doñana, en Huelva, lo que obligó a evacuar a más de 2.000 personas de los pueblos afectados.
Tras más de 48 horas de lucha denodada contra un mar de fuego que devoró miles de hectáreas de terreno protegido, los 550 efectivos del Infoca, 200 miembros de la Unidad Militar de Emergencias (UME) y del cuerpo de bomberos ayudados por vehículos terrestres y hasta 15 hidroaviones, lograron contener dos de los tres focos principales de un incendio que presenta todas las trazas de que fue provocado por el hombre.
El fuego, que comenzó el sábado en la localidad onubense La Peñuela de Moguer, seguía ayer la dirección del fuerte viento que azota la zona hasta situarse en las puertas del espacio natural Doñana, ecosistema acotado de más de 100.000 hectáreas con tanta riqueza biológica que en 1994 fue reconocido por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad.
Por suerte, el viento amainó ligeramente y los grupos contraincendios pudieron contener el avance del fuego abrasador que amenazaba el parque natural, lugar de refugio obligado de miles de aves que cada año migran entre Europa y África. Las labores de extinción se centran ahora en sofocar un tercer incendio que se dirige hacia la localidad Matalascañas, donde ayer continuaba provocando estragos ecológicos aún sin evaluar.
La fiereza de las llamas obligaron a las autoridades a cortar durante horas varias de las carreteras que bordean el recinto y que dan acceso a las playas de la zona donde hasta primeras horas de ayer se encontraban atrapadas más de 50.000 personas.
Más de 2.000 personas residentes en aldeas y pequeños pueblos de la comarca fueron desalojadas. Igual decisión se tomó con los hoteles, casas rurales y campings de la zona, atestados de personas durante estas fechas del año.
Pese a que las autoridades indicaron que la prioridad sigue siendo apagar el fuego, la presidenta de Andalucía, la socialista Susana Díaz, dejó entrever ayer que el incendio pudo ser provocado, “intencionadamente o no” por el hombre y aseguró que su gobierno no realizará ninguna recalificación del terreno natural calcinado para posibles construcciones turísticas. “Se recuperarán todas las áreas afectadas para su conservación ecológica”, recalcó Díaz.
En el corazón de la comarca siniestrada se encuentra el centro de recuperación del lince ibérico y del águila imperial, en vías de extinción cuya recuperación se ha convertido en una prioridad para España y la Unión Europea (UE). La amenaza del fuego tuvo para ellos un efecto demoledor. Una hembra adulta de lince falleció el domingo durante el proceso de evacuación del centro. De los 25 linces que había en las instalaciones, solo 14 fueron trasladados, 9 ejemplares adultos y 5 cachorros, a un lugar seguro. El resto huyó despavorido.
El lince ibérico es un felino especialmente sensible al estrés, extremadamente tímido para su reproducción en cautividad y vulnerable a los cambios en su hábitat, siempre aislado del hombre y bien conservado.
Aunque no se conoce con exactitud el número de animales que existen en la actualidad, se calcula que no habrá más de 300 individuos entre las marismas de Andalucía y los montes de Toledo, zonas afectadas por el fortísimo calor y la baja pluviosidad registrada en España en los últimos meses.
Tras este incendio se deberán reevaluar las condiciones para continuar con un proyecto de recuperación en el que trabajan biólogos y especialistas del mundo. (I)