El abuso sexual contamina el viaje de Francisco
La intervención del Vaticano a la congregación laica peruana Sodalicio de Vida Cristiana y las denuncias de abuso sexual por religiosos en Chile preceden la llegada del papa Francisco a estos países.
Esta noche, el Sumo Pontífice llegará a Santiago para el día 18 trasladarse a Lima, donde también encontrará a una Iglesia mancillada por su permisividad con los sacerdotes pederastas.
La designación de un comisario apostólico en el Sodalicio de Vida Cristina, un movimiento conservador que tiene capítulos y alrededor de 20.000 miembros en toda Sudamérica y Estados Unidos, busca acallar las recriminaciones de impunidad que las víctimas hacen al Vaticano. Ellos cuestionan que siga protegiendo al fundador de esa congregación, Luis Fernando Figari, acusado de cometer abusos sexuales.
“La medida puede reflejar un doble discurso del Vaticano”, debido a que no expulsa a Figari, explica el periodista de investigación peruano Pedro Salinas, coautor del libro Mitad monjes, mitad soldados, que destapó el escándalo del Sodalicio en 2015.
En Chile, el ambiente tampoco será un lecho de rosas ni de oraciones para el pontífice argentino. Una ONG recordó la semana pasada que 80 religiosos de este país están envueltos en casos de abusos sexuales. El viernes pasado tres iglesias católicas fueron atacadas con explosivos.
La popularidad del papa Francisco en Chile es la más baja de América Latina: 59%. En este país solo el 45% de la población se declara católica.
“Chile es el país que más desconfía de la Iglesia”, sostiene Marta Lagos, directora de Latinobarómetro.
El silencio ante abusos sexuales
En ninguno de esos países el jefe de la Iglesia católica tiene previsto recibir a las víctimas de abusos. Lo mismo marcó sus visitas a México cuando se negó a reunirse con las víctimas de la congregación Los Legionarios de Cristo, del sacerdote mexicano Marcial Maciel (fallecido en 2008).
“¿Para qué pedir una audiencia con el papa? Las víctimas de Marcial Maciel se lo pidieron y la negó. También las víctimas de (el sacerdote chileno Fernando) Karadima. Sabemos de antemano que se negará”, sentencia el comunicador Pedro Salinas.
El viernes los activistas efectuaron la publicación simultánea, en Santiago y en Lima, de una carta abierta suscrita por víctimas, abogados y laicos, con el fin de recordar al papa que tiene una deuda pendiente con las víctimas de los abusadores.
Jaime Coiro, el portavoz de la Conferencia Episcopal de Chile reconoció la necesidad de dar “pasos concretos”, durante la visita del papa, pero sin dar un plan específico.
Juan Ignacio González, obispo de San Bernardo, identificado con sectores conservadores de la Iglesia, criticó, en tanto, “la insistencia mediática” en estos abusos. No obstante, agregó que cree que el papa debería reunirse con las víctimas.
El Vaticano endureció su posición a partir de la elección de Francisco, en marzo de 2013, cuando este anunció una política de tolerancia cero, instando a hacer públicos los casos. Un cambio respecto a su antecesor, Benedicto XVI (2005-2013), bajo cuyo pontificado la Iglesia empezó a dejar atrás la política de encubrimiento e impunidad que caracterizó a Juan Pablo II (1978-2005).
80 religiosos en Chile
El escándalo parece mayor en Chile, por la amplitud de denuncias y por la variedad de religiosos que abarca: sacerdotes, diáconos y hasta una monja en una lista de casi 80 acusados de abusar sexualmente de menores desde el año 2000, según una base de datos de la ONG Bishop Accountability.
“El papa Francisco dice que llora por las víctimas, lo que queremos es que transforme esas lágrimas en acciones”, agrega Ann Barrett-Doyle, codirectora de la ONG que desde 2003 se dedica a publicar los archivos de abusadores dentro de la Iglesia.
En la base de datos figuran casos como el de Fernando Karadima, denunciado en 2010 por sus víctimas.
La justicia chilena dictaminó que el caso estaba prescrito, pero el Vaticano declaró culpable de abuso sexual al influyente sacerdote y lo condenó a retirarse ‘a una vida de oración y penitencia’.
El caso en Perú
El caso emblemático en Perú recae en el movimiento Sodalicio de Vida Cristina, con el cual lo fundó Figari en 1971. Su fundador, de 70 años, vive confinado en Roma bajo protección de un decreto vaticano que le prohíbe regresar a Perú, donde desde diciembre enfrenta un pedido de prisión preventiva.
El Vaticano no lo expulsó de la organización por considerarlo ‘mediador de un carisma de origen divino’.
El Sodalicio, reconocido por Juan Pablo II en 1997 como una sociedad de vida apostólica de derecho pontificio, es dirigido por laicos y regenta varios colegios católicos en Perú. Hace más de un año admitió que al menos cuatro de sus líderes, entre ellos Figari, cometieron diversos tipos de abusos con 19 menores de edad y 10 mayores entre 1975 y 2002. Ninguno de los cuatro es sacerdote calificado ni estudiado.
El Sodalicio se expandió a Colombia, Chile, Argentina, Brasil, Estados Unidos, Costa Rica, Ecuador e Italia.
Agenda en Chile y Perú pronostica ir a la Amazonía
La visita del papa Francisco hacia Chile y Perú servirá para escuchar los problemas y reivindicaciones de la región Panamazónica, en vista del inédito Sínodo de los obispos que se celebrará en octubre de 2019.
Fue justo a los obispos peruanos en visita “adlimina” en marzo del pasado año a quienes Francisco les reveló no solo su intención de viajar a Perú sino su voluntad de organizar un sínodo sobre la Amazonía ante los numerosos problemas existentes relatados por los sacerdotes.
“Hemos estado de espaldas, muy poco sensibles al sufrimiento, marginación. Poco personal, las distancias... no es una zona fácil y el papa está muy preocupado”, confesaba el arzobispo de Ayacucho y presidente de la Conferencia Episcopal, Salvador Piñeiro García-Calderón, en una entrevista al diario del Vaticano, L’Osservatore Romano.
El papa abordará los problemas y reivindicaciones de esa región en los diferentes encuentros que ha organizado con los pueblos originarios.
Durante la visita a Perú, a la delegación vaticana se sumarán el secretario general del Sínodo de Obispos, el cardenal Lorenzo Baldisseri y el arzobispo emérito de San Pablo y presidente de la comisión episcopal para la Amazonía y de la Red Eclesial panamazónica, el cardenal brasileño Claudio Hummes.
El máximo responsable de las asambleas de los obispos subrayó que con las reuniones que mantendrá con los pueblos indígenas se hace “evidente” la intención de Francisco de crear atención sobre la Amazonía.
Para Baldisseri, la cita de los obispos de octubre de 2019 “tendrá una resonancia importante no solo para la población indígena que habita en el territorio sino para todo el medio ambiente”.
El Papa visitará también Temuco (centro de Chile) donde se reunirá y almorzará con representantes de la comunidad de la Araucanía, epicentro de las reivindicaciones del pueblo mapuche que reclama estas tierras, problemática idéntica a las de las regiones de la Panamazonia. (I)