En medio de una ofensiva opositora para el juicio político de la presidenta Dilma Rousseff, el diario más vendido e influyente de Brasil, Folha de Sao Paulo, le dio hoy un ultimátum a la presidenta en un editorial publicado en primera plana este domingo, en el cual le pide renunciar en caso de no aplicar un "ajuste sin precedentes" para superar la crisis económica y política de sus nueve meses de gestión luego de haber sido reelegida.

El editorial, que es innovador porque fue publicado en la primera plana, ocurre luego de que Brasil fuera rebajado por la calificadora Standard & Poors la semana pasada y frente a una intentona destituyente de gran parte de la oposición, que el martes promete protocolar ante la Càmara de Diputados parte de los 13 pedidos de juicio político contra la presidenta.

Dice Folha que la presidenta "abusó del derecho de equivocarse" frente a la política económica y el anunciado déficit fiscal de unos 7.000 millones de dólares para el próximo año, para lo cual deberán acudirse a otros mecanismos de recaudación.

"No se puede escapar de un aumento de impuestos, recurriendo a nuevas tasas sobre la renta de los más privilegiados y la ampliación emergencial del impuesto al combustible. Serán inmensas las resistencias de la sociedad a estas iniciativas. Pero el pais no tiene elección. La presidenta tampoco: no le quedará otra opción, si se doblega frente al peso de la crisis, que abandonar sus responsabilidades presidenciales y, eventualmente, el cargo que ocupa", dice Folha de Sao Paulo.

El último presidente brasileño en no terminar su mandato fue el neoliberal Fernando Collor de Mello, que renunció por corrupción personal y familiar en su gobierno en 1992, cuando se le había abierto un juicio político.

La ofensiva contra Rousseff se inscribe justamente cuando gran parte de aliados buscó sin éxito protección del gobierno para evitar ser investigados por la corrupción en la compañía estatal Petrobras. Están investigados precisamente dos hombres de la línea sucesoria, Eduardo Cunha y Renán Calehrios, titulares de Diputados y del Senado, que pertenecen al Partido del Movimiento de la Democracia Brasileña (PMDB) del vicepresidente Michel Temer.

Temer dijo hace una semana ante empresarios que el gobierno "no resistirá hasta 2018 con menos de un dígito de popularidad".

Varios opositores también están siendo investigados por corrupción.

"La adminstración de Dilma pende de un hilo", dice el editorial de Folha, que la acusa de "irresponsable" en la gestión de la economía. Pero el diario de la familia Frias de Oliveira, identificado con el conservadurismo político y el liberalismo económico en el estado de Sao Paulo, le reclama a la jefa del Estado "medidas extremas a ser tomadas" como "cortes en los gastos con radicalismo sin precedentes, bajo la amenaza de que haya pesadillas peores, como la inflación descontrolada".

El ajuste fiscal que emprendió la mandataria para equilibrar las cuentas a raíz de la caída de la recaudación la ha enfrentado con varios aliados, sobre todo porque ella misma ha sostenido a Joaquim Levy, el ministro de Economía conocido como "manos de tijera" cuya figura fue colocada para depositar cierta confianza frente al mercado financiero.

El Movimiento de Trabajadores Sin Tierra (MST), tradicional aliado del gobernante Partido de los Trabajadores (PT), llamó a luchar contra el golpismo, pidió a Rousseff que implemente la reforma agraria para 120.000 familias en busca de asentamientos productivos en el campo y un giro a la izquierda como salida de la crisis económica.

"Reconocemos la existencia de una crisis económica mundial, pero no admitimos que los trabajadores y trabajadoras paguen la cuenta, estamos contra el ajuste fiscal y consideramo que el gobierno de Dilma está implementando medidas neoliberales que hieren derechos de trabajadores y cortan la inversión social. Exigimos, al menos, que la presidenta implemente el programa de gobierno con el cual fue electa", dice un comunicado del MST.

Por otra parte, la ofensiva opositora será patente el martes con el ingreso de un pedido de juicio político a Rousseff, quien no está ni de lejos citada en el escándalo de corrupción de Petrobras. El PT sugirió al equipo económico lanzarse a buscar recursos de quienes menos pagan impuesto, porcentualmente, en el país, los ricos, con una medida para tasar grandes fortunas y herencias y un plan para repatriar dinero fugado al exterior. (I)