Los centros comerciales transforman a Guayaquil hace cuatro décadas
Década de 1970. El casco urbano de Guayaquil solo se expandía hacia el oeste con el suburbio, hacia el norte y sur apenas se proyectaban ciudadelas y urbanizaciones, como Las Acacias, La Atarazana, La Alborada, entre otras.
Para 1979, donde actualmente está la ciudadela Kennedy, había una zona apartada a la que ni siquiera accedían las líneas de transporte urbano que desde el centro trasladaban hacia el entonces aeropuerto Simón Bolívar.
Pese a lo despoblado del lugar, el 25 de julio de aquel año el presidente de la República, Jaime Roldós Aguilera, inauguró el primer centro comercial cerrado de Guayaquil: el Policentro, que hoy cumple 40 años de actividad.
Emilio Oneto, administrador del mall, destacó la gran apuesta que por entonces hizo el italiano Lino Lemi, responsable de la construcción, para desarrollar el proyecto en un sitio totalmente apartado de la actividad comercial de la Av. 9 de Octubre y el malecón Simón Bolívar.
Lemi llegó a un acuerdo con la Junta de Beneficencia de Guayaquil (JBG), propietaria de los terrenos donde se asienta el centro comercial. “Fueron cedidos a cambio de locales dentro del Policentro; es decir, hubo una permuta”, manifestó Oneto.
De las 120 franquicias que actualmente operan en el centro comercial, 14 están desde el inicio. Cada día se recibe a 28.000 personas.
El Policentro marcó cuatro hitos en Guayaquil, como el desarrollo del ornato, impulso del sector inmobiliario, evolución del comercio y aumento de las plazas de trabajo.
Oneto explicó que por entonces, el sitio era lo más moderno que había y que se motivó tanto al desarrollo urbanístico de la zona como también a la aparición de otros centros comerciales.
En la década de 1970 también se consolidaba la ciudadela Urdesa. Al año siguiente de la inauguración del Policentro, Plaza Triángulo abría sus puertas a los residentes de lo que hoy es la avenida Víctor Emilio Estrada.
Gladys Verdesoto, de 82 años, es propietaria de Pequeña Compañía, uno de los locales que nació con Plaza Triángulo. En el espacio se elaboran arreglos florales y artículos ornamentales.
En los primeros años, recordó doña Gladys, había mucha demanda porque la zona era habitada mayormente por gente con poder adquisitivo. “Aquello cambió con el transcurso de los años y las ventas bajaron considerablemente”, relató.
Sin embargo, la ciudadana destacó la vigencia del lugar, pese a la evolución comercial de la av. Víctor Emilio Estrada.
En La Alborada, en cambio, pasaron casi dos décadas para que alguien se animara a construir el centro comercial que actualmente es el distintivo de las primeras etapas: Plaza Mayor.
Esperanza Guerrero, una de las primeras habitantes de la etapa dos, recordó que por la década de 1980 nadie se atrevía a construir un negocio. “El lugar era botado, era otro mundo”, indicó.
Según relato de Pablo Baquerizo Nazur (1936-2007), promotor y artífice de La Alborada, se convenció a Johnny Czarninsky, propietario de corporación El Rosado, para que invirtiera en el sector.
“Él no quería, pero lo convenció Raymond Raad (ingeniero que participó en la construcción de las casas). Tres años después estaba sorprendido con las ventas”, manifestó Baquerizo en una entrevista a un medio local.
Mientras que Mall del Sur, inaugurado en 2004, cambió el pulso comercial de los sectores aledaños, según Manuel Arreaga, quien habita en la ciudadela Las Acacias desde que fue creada a finales de la década de 1970.
Donde está el centro comercial había un terreno baldío que se usaba para torneos deportivos. “Casi no había negocios en los bloques y villas; eso cambió con el mall”, recordó. Un estudio de Ipsa Group determinó que el Mall del Sur es el segundo centro comercial más visitado de la ciudad (1,3 millones de personas en el mes) después del Mall del Sol, el cual se inauguró en 1997 y que igual que el Policentro fue novedoso.
En el mismo año del nacimiento del Mall del Sol, en el oeste de la ciudad (Los Ceibos), el vecindario con más afluencia hasta entonces, nace el primer Riocentro. Desde entonces, la historia de ese sector se cuenta sola, sigue siendo el de mayor plusvalía y se extiende a través de la vía a Salinas. (I)