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Entrevista

"El aprendizaje en el periodismo no tiene techo"

Carlos Víctor Morales, periodista deportivo. Foto: Cortesía FACSO
Carlos Víctor Morales, periodista deportivo. Foto: Cortesía FACSO
15 de noviembre de 2015 - 00:00 - Jéferson Merchán Tomalá. Estudiante de Facso

Cada vez que se disputaba un partido del Clásico del Astillero se reunía con sus compañeros en las escaleras del colegio Cristóbal Colón para analizar lo que había sucedido en el cotejo.  Destacaba  al dar sus comentarios. Siempre sintió pasión por el fútbol y desde pequeño soñaba con transmitir junto a Petronio Salazar.

Al poco tiempo de que su padre lo envió al exterior a estudiar una carrera que no le agradaba, se rebeló porque tenía la certeza de que lo suyo era la comunicación. Se fijó metas y con base en el esfuerzo, hoy en día es considerado uno de los referentes del periodismo ecuatoriano. Agradecido con su oficio y con la certeza de que le falta mucho por conocer, Carlos Víctor Morales habla de su experiencia como comunicador.

¿En la actualidad se prioriza la inmediatez ante la credibilidad?  

Como vivimos tiempos de mucha inmediatez, en ocasiones por el afán de anticiparse, no se verifica la información y se piensa que al difundirla primero se genera más atracción, pero hay casos en que esta termina siendo desmentida, lo que genera inconvenientes.

¿Cómo se asumen las críticas que se reciben por redes sociales?

El Twitter sí me ha generado varios inconvenientes, pero no porque yo los provocara. Me parece que es por la falta de entendimiento del público. Yo manejo un concepto que no cambio por nada. Twitter es una fabulosa herramienta de comunicación por la inmediatez, pero hasta ahí. No me parece que sea el escenario para discutir ni debatir porque ese límite de 140 caracteres obliga muchas veces a equivocarse en la idea, a no extenderla ni proyectarla como uno quisiera. En las redes sociales uno no sabe con quién discute, muchos se escudan en pseudónimos. La reacción en este medio es más emocional que razonada.  

¿Qué no tolera al momento de ejercer el periodismo?

No tolero que se agreda, ofenda, difame, que se altere el sentido de la verdad, y se pierda la objetividad en función de intereses. No participo de eso, peor cuando en una confrontación de ideas se pasa al campo de la agresión.

¿Qué no le gusta del periodismo que se practica en la actualidad?

La actual generación de comunicadores lee poco, solo se dedica a buscar determinada información, copiarla y difundirla, pero regularmente no se detiene a analizar el contenido. La lectura digital muchas veces no es completa. Google le ha simplificado la vida a todo mundo, pero también ha aportado al facilismo de quienes para mí están en la obligación de leer y mucho, como son  los comunicadores.  

¿Qué sucede con aquellos colegas que se saltan procesos de aprendizaje?

A mi edad he vivido el cambio en la comunicación. Yo sé lo que significa transcribir una nota en una máquina de escribir, luego levantar el texto, corregirlo, diagramarlo, todo lo que hay que hacer en un medio escrito. A nivel de radio y televisión igual. Antes de ser comentarista fui reportero. Hoy muchas de esas etapas se han saltado porque pasan directamente a una estación de radio, cuando existen ciertos pasos que a mi parecer no se pueden obviar. Eso provoca grandes vacíos de conocimientos.

Usted acostumbra a trabajar con jóvenes, ¿qué recomendaciones les da al momento de desarrollar sus funciones?          

Me gusta trabajar con jóvenes y transmitir lo que he aprendido. Son el futuro de la comunicación, aunque claro, no todos cumplen con las exigencias que yo tengo; para mí es clave el deseo de aprender, leer bastante, el gusto por preguntar. El joven debe crecer en el periodismo labrándose un camino y estilo propios. Uno cumple ciclos y  hay gente que debe tomarnos la posta. Me satisface cuando alguien me dice que quiere ser como yo.

Cada año egresan cientos de jóvenes en la carrera de periodismo llenos de muchas ilusiones, ¿qué hacer para ganarse un espacio ante tanta competencia?

En el aula se gradúan 40 chicos y los 40 salen aprendiendo lo mismo, la diferencia está en lo que se hace afuera. Muchos creen que con el título ya lo hicieron todo y ahí es cuando recién se empieza; luego demasiada gente se va quedando en el camino con el título bajo el brazo sin que le haya servido para nada. Para desarrollarse en esta actividad que es tan competitiva y donde diariamente hay retos, uno tiene que poseer la vocación de aprendizaje y de estudiar. No hay que pensar que uno ya lo alcanzó todo, esto no tiene techo, hay que seguir creciendo.   

En Ecuador se comete el error de autodenominarse periodista deportivo, pero la realidad es que la mayoría domina tan solo el fútbol, ¿qué opina de esta situación?     

Yo me considero un comentarista de fútbol, nunca me he considerado un periodista deportivo porque me parece que ese distintivo abarca un radio de acción muy grande, y reconozco tener muchas limitaciones en varios deportes. No tengo por qué mentir al resto, lo mío es el fútbol. Lo ideal sería un periodista que abarque muchas áreas, pero nuestro medio no da para eso y uno debe acomodarse al medio que vive. Si yo hablo de natación o de basquetbol me muero de hambre.  

La radio o la televisión, ¿qué medio prefiere?

Me quedo con la radio porque me da más soltura, improviso, me divierto más. La televisión tiene otras  exigencias, es más estricta, rigurosa con la vestimenta. La mejor escuela de aprendizaje es la radio, y cuando uno se siente listo puede ir a la TV, pararse frente a una cámara y hablar como en la radio.

¿Cuál es su balance sobre la calidad del periodismo deportivo en Ecuador?      

A nivel deportivo pasamos el 50% en nivel de calidad, falta mucho. Más capacitación, más valoración. Soy abanderado de los que creen que el periodista debe hacerse valer, respetar y que le paguen por sus conocimientos. He tenido conflictos con algunos medios cuando me han dicho que para pagarme tengo que salir a ofrecer publicidad. Yo les digo que no estudié para vender, sino para comentar.

Muchos comunicadores jóvenes para ganarse un puesto de trabajo deben atravesar una serie de adversidades, incluso la no valoración de los medios, ¿qué opina al respecto?

Cuando sumé varios chicos para que trabajen conmigo, siendo consciente de las necesidades que tenemos, me fui a vender publicidad y la que conseguí se la regalé a mi equipo de trabajo. Ese era su ingreso porque ellos, por su nombre (porque no los conocen) no iban a vender nunca.
El comienzo es durísimo, pero el esfuerzo al final vale la pena. Hay que empezar desde abajo y me parece que eso te va fortaleciendo el carácter, te va probando si esto es lo que en realidad quieres en la vida porque muchos van tirando la toalla cuando sufren adversidades o cuando tienen horarios complicados y prefieren el fin de semana, la playa, la fiesta. El que se metió al campo de la comunicación sabe que hay muchas cosas que sacrificar. (O)

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