Con sus dos hijos y esposa, “Roberto”, nombre protegido, huyó del Valle del Cauca, situado en el suroccidente de Colombia para dejar de ser intimidado por la guerrilla que frecuenta la zona.

Los colombianos tenían un negocio en el lugar, vivían en excelentes condiciones, hasta que un grupo de guerrilleros se apropió de la zona, les empezó a robar sus artículos y a exigirles las llamadas vacunas (cuotas para dejarlos trabajar, 300.000 pesos -$ 165). Desde ahí sus vidas fueron un martirio y decidieron venir para Ecuador.           

Los primeros días fueron difíciles. Recuerda “Roberto” que nadie les quería dar trabajo y que sus condiciones día a día se volvían más dramáticas. “Ya tenemos aquí cinco meses y las condiciones están mejorando. A través del Gobierno y las ONG hemos recibido apoyo para realizar actividades productivas y aprovechar nuestras habilidades para con ello salir adelante”, dice Roberto, quien  se encuentra en calidad de refugiado en el país.    

“Roberto” y cerca de 500 refugiados de un total de 3.000 registrados en la ciudad de Guayaquil se dedican a la elaboración de artesanías, bisutería, pintura, pastelería, entre otros emprendimientos.                  

Los refugiados reciben capacitación y financiamiento por parte del Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio e Integración (Mreci) y organismos como el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), Servicio Jesuita, Misión Scalabriniana y Comité de Derechos Humanos.

El Mreci organizó ayer la feria “Refugio para mi emprendimiento”, con el fin de promover el emprendimiento de los ciudadanos en calidad de refugiados de  Guayaquil.

Esta actividad es parte de los esfuerzos humanitarios de la Cancillería por integrar a este sector y acercarlos a los servicios brindados por el Gobierno y contemplados en los instrumentos internacionales de asistencia.

Uno de los participantes de la feria, Epifanio Aguirre, oriundo de Guaviré, lleva 12 años viviendo en el país y desde hace 3 elabora quesos de leche, los que vende todas las mañanas en la ciudadela el Recreo, cantón Durán, provincia del Guayas.

“Por iniciativa propia inicié mi propio negocio, pero con el apoyo de las instituciones lo he podido mejorar y obtener mayores recursos”, dijo Aguirre, quien luego de ser secuestrado 9 meses por la guerrilla decidió buscar mejores días en Ecuador.

Joly Pinillo, coordinadora de la Dirección de Refugio de Guayaquil, indicó que el objetivo de la feria es mostrar a la sociedad ecuatoriana que los asilados “también son útiles y ayudan a la actividad económica y productiva del país dándonos a conocer sus servicios”.

Enfatizó que todos los solicitantes de refugio tienen los mismos derechos que los ciudadanos ecuatorianos. “Los refugiados ya están accediendo a muchos beneficios y se está trabajando con las diferentes instancias del Estado para aperturarles créditos y así puedan abrir sus microempresas”, mencionó Pinillo. 

Informó que ahora los refugiados también tienen la oportunidad de terminar su carrera educativa universitaria en el país.

De su parte, Manuel Dos Santos, jefe de Oficina de la Acnur, mencionó que con los refugiados están tratando de ser integrales y de procurarles autosuficiencia de una manera digna para así contribuir al bienestar de sus familias y que una de las soluciones son estos pequeños negocios. En Ecuador hay 56.000 personas reconocidas como refugiadas, la mayoría proviene de Colombia. (98%).