La brasileña Emily Lima cumplió dos meses al frente de las selecciones femeninas de Ecuador y en este tiempo ha podido identificar las características de las jugadoras ecuatorianas.

Entre ellas destaca la fortaleza y la técnica, pero ve que existe una falencia que está tratando de corregir: muchas no creen en ellas mismas y sus capacidades.

Cambiar la mentalidad de las futbolistas es uno de los aspectos en los que trabaja, pero también se centra en cómo quiere que sus equipos jueguen.

Admiradora confesa de Pep Guardiola y José Mourinho, la brasileña pretende que las selecciones tengan el balón en sus pies y conseguir un juego muy vertical. Para lograrlo, trabaja en identificar si cuenta con las futbolistas idóneas para ello.

¿Cómo han sido los primeros meses en Ecuador y en el trabajo con la selección?

Me ha sorprendido el nivel que he encontrado, principalmente con la sub-17, donde empezamos. Hay un nivel y calidad muy interesante, que podemos trabajar a largo plazo para tener resultados hacia el futuro. He ido a unos partidos también y veo que podemos evolucionar bastante en el fútbol. Debemos hacer la liga más competitiva, así las chicas son más competitivas, para una selección de nivel.

¿Tiene referencias de cómo se trabaja en la formación en el fútbol femenino en Ecuador?

No tenemos muchos equipos que trabajan la formativa, pero la Conmebol tiene la liga de desarrollo, con la sub-14 y sub-16, entonces hay equipos que crecen ahí.

Pero los de Superliga no lo hacen. Para mí eso es lo más importante, porque tenemos que empezar de abajo. Pero es un tema que tiene costo: si tengo un equipo de mayores, debo tener juveniles. Esto es dinero. Podemos mejorar la Superliga, pero no olvidar de las formativas.

¿Es una de las falencias?

Acá y en muchos países. Escucho a mucha gente  hablar de las formativas y de que no hay trabajo. En muchos países no las hay aún. En los que tienen más tiempo con fútbol femenino sí hay, pero el desarrollo del fútbol femenino tiene poco tiempo. Después de que la FIFA y Conmebol obligaron a los clubes a tener su división femenina, ahí sí empezamos a pensar en el desarrollo. Siempre pensamos en las mayores y luego en las formativas. Para mí es más importante ir de abajo.

En la experiencia que ha sumado acá, ¿cómo describiría a la futbolista ecuatoriana?

Tenemos futbolistas fuertes y técnicas, pero con poco estímulo de que se puede llegar a más. No creen en ellas mismas, casi todas. No sé si se acostumbraron a estar donde están, pero ahora se tienen que acostumbrar a ganar, a llegar a las copas e intentar algo más. Hay que hacer un cambio ya, para que podamos mejorar el trabajo. Si no se cree que se puede, el trabajo no crece.

¿Cómo se hace ese cambio?

Siempre hablar con ellas, de que se puede. Cuando logran algo positivo, recalcarlo. Cuando hacen algo positivo fuera de la cancha, que es bueno para el equipo, decirles que podemos ser un equipo de verdad. Creo que en el día a día, con los entrenamientos, lo vamos a lograr. Hemos hecho un cambio grande con la sub-17. Es el tercer microciclo y ha cambiado mucho la mentalidad y también lo físico. Tenemos jugadoras con ganas de hacerlo.

¿Cómo definiría la forma ideal en la que pretende que jueguen las selecciones femeninas?

Para llegar al ideal es muy difícil. Se intenta, pero para ello hay que trabajar mucho tiempo. A mí me gusta jugar con el balón al pie, empezando desde la arquera. También tengo que saber si tengo jugadoras con estas características. Voy a hacer lo que me gusta a mí y al cuerpo técnico, pero si no se puede debemos tener estrategias con ellas para sacar lo mejor.

Tiene 3 selecciones a su cargo (absoluta, sub-20 y sub-17). ¿Cómo se distribuye el trabajo para no dejar nada suelto?

Ahora estamos trabajando con dos (juveniles), que no cambia mucho lo que hacemos. Tenemos que hacer el trabajo de la 17 y crecer para la 20. No se puede trabajar en tres categorías, imposible hacerlo bien. Por eso mi acuerdo con la FEF es que me quedo con las juveniles para el Sudamericano y luego me centro en las mayores. Estaré pendiente, como una coordinadora técnica.

En su presentación lloró. ¿Por qué tanta emoción por el fútbol?

El fútbol es una pasión. Es mi vida. Salí de casa con 13 años, para perseguirlo. Si ahora hablamos del desarrollo del fútbol, imagina hace 25 años. Yo peleé mucho y llegar a un éxito, como estar aquí, es algo grande. Una jugadora, niña y mujer que buscó su objetivo siempre.

¿Cuántas horas dedica al fútbol?

De 08:00 a 23:00. Cuando estamos acá, todo el tiempo, y cuando no, también estamos mirando, estudiando, hablando con cuerpo técnico. No creo en el éxito sin trabajo. Tenemos que trabajar para eso y no me vale hacerlo una hora o dos. El fútbol es muy complejo. (I)