Egloff y Miranda van por más retos de speed climbing
A Nicolás Miranda y Karl Egloff los mueve la aventura y los retos más extremos. Siempre buscan ir un paso más allá, pues sienten que su capacidad y preparación, les permite continuar en esa senda sobre las montañas.
Recientemente estuvieron cerca de conseguir el récord de ascenso y descenso en el Aconcagua (6.962 msnm). Hicieron un tiempo de 24h50m, muy cerca de la marca de 22 horas que logró el francés Bruno Sourzac.
Esa experiencia los marcó a ambos, pues tuvieron que superar diversos obstáculos para llegar a la cima y salir de la montaña. Siempre tienen la motivación de buscar algo más y en este año pretenden hacer speed climbing en una de las 14 elevaciones por encima de los 8.000 msnm.
El Cho Oyu, en el Himalaya, es el reto al que apuntan. Es la sexta montaña más alta de la Tierra con 8.201 msnm y en la que por ahora no existe un récord establecido por un deportista.
El español Kilian Jornet lo hizo, pero su tiempo no quedó registrado, por lo que el dúo ecuatoriano intentaría imponer una marca.
“Esperamos que la montaña nos trate bien. Ese es el objetivo que tenemos a corto plazo. Dependerá también de los sherpas, que son los guías y quienes ponen la cuerda fija. Queremos dejar nuestra huella”, dijo Miranda.
Aún deben definir la fecha en la que viajarán a Asia para intentarlo, pues el clima es muy variable y será también cuestión de suerte que exista una ventana de buen clima en la montaña.
Han existido muchos casos en los que los montañistas van al Cho Oyu y no pasan del campamento base debido a las condiciones climáticas.
Sin embargo, Egloff y Miranda son optimistas para enfrentarse a su primer 8.000, en la modalidad de speed climbing.
Mientras tanto, ambos continúan con su preparación. Miranda tiene previsto estar en varias competencias de largo aliento, de más de 80 kilómetros.
Egloff estará en cuatro válidas mundiales de corta distancia, de entre 27 y 42 kilómetros, en las conocidas Golden Trail Series. Pero en este momento está por terminar su recuperación, luego de que casi sufre la congelación de los pies.
La experiencia en el Aconcagua
En la mayor elevación de América, los dos confiaban en que conseguirían el récord mundial en cordada, pero no se imaginaban lo que sucedería en el tercio superior.
La nieve les llegaba hasta la cintura y les impidió hacerlo con más rapidez. Además, Egloff empezó a sentir mucho dolor en los pies, lo que les hacía pensar que estaba a punto de sufrir una congelación.
El récord pasó a segundo plano; lo más importante era salir pronto de la montaña para evitar cualquier complicación. El tiempo era determinante para que Egloff no sufra problemas.
En un momento pensaron en descansar hasta el amanecer, en medio de la oscuridad. “No queríamos correr ese riesgo, porque estábamos al tanto de experiencias pasadas. Eran momentos determinantes, porque a pesar de estar muy agotados, tu cabeza te dice que tienes que seguir”, contó Miranda.
Egloff no sufrió una congelación, pero sí debe seguir un tratamiento para recuperar la piel de los dedos de sus pies. Intentar otra vez ese récord, no está en sus planes.
“Entre el deseo y la obsesión hay una línea muy fina. Pensaría que si volvemos se convertiría en una obsesión. Podríamos haber roto el récord de largo. Hay tantas cosas por hacer, que no quiero exponer de nuevo mi vida, ni la de Nicolás”, dijo Egloff.
Volver a casa fue diferente y abrazó con fuerza a su hijo Julián, de dos años y medio. Mientras se recuperaba aprovechó el tiempo para estar junto con su familia, pero con la mente en los nuevos proyectos que emprenderá con su compañero de ruta. (I)