Tras las decepciones sufridas en las últimas competiciones, Francia mostró una nueva cara en el Mundial de Brasil, pese a su eliminación en cuartos de final contra Alemania 1-0; lo que le hace mirar con optimismo la Eurocopa que organizará en su casa en 2016.

El equipo de Didier Deschamps llegaba a Brasil 4 años después de haber caído en la primera fase de Sudáfrica 2010, en una Copa del Mundo en la que se dio un motín de sus jugadores, algunos de ellos sancionados a su regreso.

Dos años después, en la Eurocopa 2012 en Ucrania y Polonia, los franceses superaron la primera ronda, pero cayeron en el primer partido de la segunda, siendo derrotados por España 2-0, en una competición en la que no brillaron demasiado.

Tras aquel certamen continental, el técnico Laurent Blanc fue sustituido por Didier Deschamps, para ir preparando las bases de cara a la Eurocopa de Francia 2016.

El campeón del mundo en 1998 le cambió la cara al equipo. Dio oportunidades a jugadores como Mamadou Sakho, defensa del Liverpool, de 24 años, Raphael Varane, central del Real Madrid, de 21, Paul Pogba, centrocampista de la Juventus, de 21, o Antoine Griezmann, delantero de la Real Sociedad, de 23.

Estos nuevos valores se unirán a otros futbolistas importantes que estarán todavía en activo dentro de 2 años, como el portero Hugo Lloris, que jugaría con 29 la Eurocopa, el centrocampista Mathieu Valbuena, que tendrá 31, o los delanteros Karim Benzema y Olivier Giroud, que habrán cumplido 29 y 28 años respectivamente.

En ese torneo estará probablemente su estrella Franck Ribery, ausente en Brasil por una lumbalgia, que tendrá 33 años y sería su última gran competición.