Faltan aproximadamente 20 minutos para que inicie la Copa de BMX Alfredo Campo, que organizó el campeón junior del mundo en bicicross en la pista de la Concordia, al sur de Cuenca. Josué Álvarez se acerca a su padre, Homero, quien le da una tableta, antes de su participación. Se trata de la pastilla denominada Ton Was, que le sirve al muchacho de 12 años para contrarrestar los efectos de la rinitis, que lo afecta desde hace siete años.

En 2005, Josué Álvarez, quien se proclamó campeón mundial infantil de BMX el pasado 24 de mayo en Birmingham, Inglaterra, incursionó en el bicicross. Durante las primeras prácticas sintió que se asfixiaba, por lo que sus padres lo llevaron al médico para realizarse unos exámenes. Los resultados fueron contundentes: rinitis.

Esta enfermedad consiste en una inflamación del revestimiento mucoso de la nariz, que, entre todos sus perjuicios, provoca cansancio y resfriado a quien la padece.

Luego de las evaluaciones, el galeno que revisó al pedalista le recetó una tableta de Ton Was antes de cada entrenamiento o competencia. De cumplir a cabalidad con esa recomendación, el bicicrosista no tendría complicaciones con su desempeño. Y así fue. Desde ese entonces Josué despuntó.

“Siempre antes de estar en competencia tengo que ingerir una pastilla, apenas me la tomo siento que tengo mayor confianza para dar todo de mí”, señala el chico, quien conversa con El Telégrafo minutos antes de pedalear, para dar a conocer detalles relacionados con su vida, en la disciplina del BMX.  

Su madre, Diana Pesántez, fue quien lo hizo inclinarse hacia el bicicross y lo envió a entrenar en 2005. Y no es que la progenitora del azuayo se haya percatado de las  dotes  que tenía su hijo para destacar en esta  disciplina, sino que ya no soportaba que los adornos de la sala de su hogar fueran maltratados por Josué y su bicicleta. 

“Siempre tenía la costumbre de jugar en la sala y, si no rompía algo, no era yo. Por suerte mi mami me empujó para alcanzar el campeonato mundial”, suelta el pedalista, sonriendo.

La primera bicicleta que tuvo fue una  marca Base, con ella participó por primera vez en una competencia realizada en el cantón Gualaceo, en agosto de 2005, una semana después de haber efectuado su primera práctica con un  entrenador, de quien no recuerda el nombre.

En 2006 alcanzó su primera victoria internacional, en el Latinoamericano realizado en Guayaquil. Un año después, bajo la batuta de Paúl Valdivieso, sus entrenamientos fueron más intensos, pues cada vez las metas que se proponía eran más altas.

A partir de 2008, con Daniel Roura como adiestrador, los logros aparecieron con mayor periodicidad. En ese tiempo  participó en la categoría 8 años y obtuvo el primer puesto del Gran Nacional que se corrió en Guayas -estos eventos se disputan en una sola jornada, anualmente- con una notable actuación. Las siguientes ediciones (2009, 2010, 2011 y 2012) fueron nuevamente victorias para Álvarez.

“Me siento contento, porque en los Gran Nacionales siempre he destacado, hasta el momento he ganado todos en los que he participado y eso me hace sentir satisfecho”. Desde mediados de 2010 y hasta la actualidad, Josué es dirigido por el entrenador Santiago Bermeo.

Una cuenta pendiente que tiene es mantener regularidad en los campeonatos nacionales, en los que no le ha sido posible mantener la misma “performance”, pues no ha participado en todas las ediciones que ha deseado debido a inconvenientes económicos.

“A veces no íbamos a las válidas del Campeonato Nacional en otras provincias porque ahorrábamos dinero para ir a las competencias internacionales. Allí (a nivel internacional) me ha ido bien”.

Precisamente las demostraciones del poderío sobre su bicicleta han sido la tónica de Josué cuando ha cruzado las fronteras. Entre sus representaciones, por Ecuador, destacan los campeonatos Panamericanos obtenidos en Colombia (2009, 2011) y Bolivia  este año. Además, están los dos Sudamericanos conseguidos en Quito (2010) y Bolivia, en esta temporada.

El apoyo de la empresa privada le ha dado  mayor confianza para exhibir su habilidad sobre la bicicleta. En 2011, para el Mundial en Dinamarca, el Grupo Ulises -un conjunto de ingenieros civiles, perteneciente al cantón Yunguilla- lo ayudó con sus gastos de viaje y estadía en el país europeo, gracias a una gestión que hizo su padre.

“Aunque no me fue bien, le agradezco al Grupo Ulises, por haber confiado en mí. Creo que no haber conocido la pista (de Dinamarca) me trajo problemas para no poder conseguir el mundial”.

El empuje que le ha brindado al deportista azuayo dicho organismo ha sido importante para sus triunfos en el deporte, uno de ellos, el mejor, el Mundial de Inglaterra. “Por suerte, ahora tengo más confianza cuando compito a nivel internacional, porque ya no tenemos que preocuparnos (su familia) tanto de los gastos por los viajes”.

El bicicrosista anhela obtener triunfos a nivel mundial. En cinco años se ve compitiendo a gran nivel en la categoría élite; y en 2020 espera  conseguir la medalla de oro para Ecuador en JJ.OO.

Josué Álvarez es el séptimo bicicrosista de Azuay en proclamarse campeón mundial, antes lo hicieron Alfredo Ocampo (2), Daniel Roura, Diego Tamariz, Juan Dávalos Jr., Pedro Garcés y Doménica Azuero.