España, vigente campeona de Europa, se impuso ayer 50-74 a Japón, campeonas de Asia, en su estreno en el bautizado como grupo de la muerte del Mundial de Baloncesto Femenino que se disputa en Turquía. Sancho Lyttle (19 puntos y 12 rebotes para 32 de valoración en 20 minutos) fue un verdadero dolor de cabeza para las niponas.

España salió con las ideas claras y con ganas de correr, como había previsto el seleccionador Lucas Mondelo, para dominar en el marcador desde el primer minuto de juego. Laura Nicholls y Alba Torrens fueron las puntas de lanza de un ataque dinámico, efectivo y demoledor. Ante esta tesitura y al ver que la defensa española cercenaba cualquier intento de un tiro abierto, Japón comenzó a defender con más dureza. Aún así no pudo evitar que el primer cuarto se decantara claramente del lado español.    

Con Sancho Lyttle con dos faltas personales y en el banco, Laura Gil y Lucila Pascua fueron las encargadas de pelear bajo los aros, sobre todo con Ramu Tokashiki, pero fue Anna Cruz la que revolucionó el partido con su entrada en pista. Cruz aportó más viveza, más velocidad y tiro, aunque en el inicio del segundo periodo hubo un parón en ambos equipos. Poco a poco, con eficiencia, el equipo español fue abriendo brecha sin que las japonesas alteraran lo más mínimo su forma de jugar.

Un nuevo empujón de las españolas, en los últimos minutos, les permitió ir al vestuario con una ventaja de 14 puntos (28-42). 

Un favorable 2-12 en los primeros cuatro minutos de la reanudación, con Sancho Lyttle como protagonista principal (8 puntos y dominando ambos aros), puso el marcador en un más claro 30-54 y la victoria a tiro de piedra para las españolas. En el último periodo, Mondelo decidió mover el banquillo y dar minutos a todas sus jugadoras, hasta el 50-74 final.