Raúl Vallejo Corral: "Escribo historias de amor"
En la novela Gabriel (a), Parábola de Transeúntes, su autor, Raúl Vallejo, vuelve a describir Socios, el gueto quiteño en el que se refugian transexuales, homosexuales, travestis, lesbianas y heterosexuales sin enfrentarse a la mirada prejuiciosa de los extraños, para beber cuanto y como quieran.
Socios es un bar de la Mariscal, en Quito, en el cual las diferencias no son una condición para socializar. Gabriel (a), el personaje central de la novela ganadora del premio de novela corta Miguel Donoso Pareja en su cuarta edición, es la voz de la nueva historia de amor del escritor mantense.
Este pequeño bar es uno de los escenarios principales de su cuento Te escribiré de París, narrado desde la visión de un hombre enamorado de una mujer transexual y publicado junto con otras historias en una antología, en la editorial Taller de edición Rocca. Socios -dice Vallejo- es un refugio de resistencia. Pepe Bruno (el dueño) lleva anotado en una libreta los crímenes contra la población trans. (…) Esta es una historia de amor, como Acoso textual, El alma en los labios. Yo escribo historias de amor”.
En esta historia, Vallejo se coloca en los tacones y las angustias de su personaje con las reglas de Gustave Flaubert, cuando dice: “Yo soy Madame Bovary”.
Gabriel (a) es una periodista trans que no quiere ser ni puta, ni peluquera, oficios a los que se relega a las personas de la comunidad GLBTI debido a los estigmas y los rechazos sociales.
Gabriel (a) es activista, periodista y guayaquileña, pero vive en Quito. En la radio en la que trabaja tiene prohibido usar el baño de mujeres, le piden ser manicurista, pero ella insiste en cambiar su historia. Está enamorada de Miguel, un joven ejecutivo de banco que proviene de una familia de clase media alta quiteña. Su relación parece socialmente imposible.
De manera paralela, se cuenta la historia de Yazmín, una paisa colombiana que llega a Ecuador escapando de la violencia armada de su país. En su territorio, tomado por los guerrilleros, la miran como parte de una población deslegitimada por todos los actores de la violencia. Quiere irse a Europa y una de las opciones que tiene para hacerlo es meterse en una red de trata de personas.
Para Vallejo, esta historia tiene que ver con “desmitificar una relación con una serie de mitos basados en prejuicios”.
El personaje central está basado en Michelle Valencia, la primera periodista trans en aparecer en los medios de comunicación colombianos, una amiga personal de Vallejo a quien va dedicada esta historia.
Posiblemente el interés de Vallejo por escribir esta historia y su propio activismo comenzó cuando ejerció el periodismo en la década del 80 e investigó los primeros casos de VIH en el país, un virus que muchas veces se piensa ligado a la población homosexual.
“Siento que ese es el tema central de la aceptación de la diversidad; mientras los seres humanos no seamos capaces de aceptar esa otredad, no seremos capaces de aceptar nada sin peros”, señala el escritor mantense.
Vallejo escribió parte de esta novela después de haber sido embajador de Ecuador en Colombia. Cree que no hay que fiarse de los premios, pero confiesa que siempre duda mucho de lo que escribe y ganar un reconocimiento guarda la posibilidad de que las historias de amor que construye tengan poder en alguien más.
La esperanza que tuvo para este premio era recibirlo en nombre de quien fue su maestro en las letras, Miguel Donoso Pareja. (I)