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Ecuador, 26 de Diciembre de 2024
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El Telégrafo
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Picasso y Fernando Botero, cara a cara en una exposición

→Como el español Pablo Picasso, Fernando Botero se reivindica como  un artista que pinta “cuadros por la libertad y contra la injusticia”.
→Como el español Pablo Picasso, Fernando Botero se reivindica como un artista que pinta “cuadros por la libertad y contra la injusticia”.
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Aunque quiso ser como Picasso, el colombiano Fernando Botero encontró su propio camino hasta definirse como el pintor de los “volúmenes exaltados”. Ahora se congratula con motivo de una muestra en Francia que confronta su obra con la del artista español.

“La dimensión exaltada da al objeto una sensualidad, una existencia más intensa, una presencia más grande”, confió a la AFP el pintor y escultor, en la presentación de la exposición Botero, diálogo con Picasso, en Aix-en-Provence, en el sureste francés.

“Con su genialidad, su capacidad de adoptar todos los estilos, Picasso inspiró a todos los pintores del mundo”, agregó Botero en francés, admitiendo haber “vivido muchos momentos bajo su influencia”. Como en la obra del español, los temas del circo, las corridas de toros, los desnudos y las naturalezas muertas están muy presentes en su trabajo.

“Pero encontré una forma personal de expresarme, que no tiene nada que ver con Picasso”, agregó el artista de 85 años. La muestra, que abarca 60 cuadros y dos esculturas del colombiano y 20 pinturas del español, pone en evidencia este recorrido, desde la emulación hasta la distinción de Botero respecto a Picasso.

Por ejemplo, en su período cubista, Picasso descompone los objetos, mientras Botero los transforma para mostrar el volumen y la masa.

“Picasso descompone y deconstruye. Cuando pinta una guitarra hace una simplificación que recuerda la guitarra, pero quitándole el volumen. Yo hago una guitarra masiva”, dice el artista colombiano. “Es un diálogo (entre ambos artistas) hecho de intercambios, de idas y venidas y a veces de desacuerdos”, explicó la comisaria de la muestra, Cecilia Braschi.

En la pintura de Botero, los sujetos tienen formas voluptuosas, coloridas y sensuales. Y su escultura representa una continuidad de este estilo. “Es una prolongación de mi trabajo como pintor, es más fácil pasar de un volumen irreal a uno real”. La expresión de los rostros es ignorada de forma deliberada. “No quiero hacer un estudio psicológico de los personajes.  La no expresión se convierte así en una expresión”. (I)  

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