Cuando la cadena de librerías Mr. Books asistía a las ferias de libro que organizaban anualmente las distintas universidades de Manta, la respuesta de los lectores manabitas era positiva. Los libros se vendían y el público demandaba más títulos, más autores, más géneros literarios. Buscaban, en sí, una mayor permanencia de la librería en la ciudad.

El anterior 20 de abril, 4 días después de que se recordara un año del terremoto, se inauguró el Mall del Pacífico en Manta, ubicado al frente de la playa El Murciélago, con cerca de 150 locales, entre ellos, una nueva sucursal de Mr. Books.

Esta única librería en la ciudad cuenta mayormente con literatura clásica, contemporánea, juvenil e infantil, como en el resto de sus filiales, que están en Quito (3) y Guayaquil (2). Una de las particularidades de la librería de Manta es que, además de la oferta literaria, tendrá un espacio para lanzamientos de obras, visita de autores o para la firma de autógrafos.

Solo Mr. Books de Mall El Jardín de Quito y el del Mall del Sol de Guayaquil tienen adecuados sus espacios para realizar actos culturales paralelos a la librería. La autora guayaquileña Mónica Ojeda, por ejemplo,  presentó hace 2 semanas en Mall del Sol la reedición de su novela La desfiguración Silva, ganadora del Premio Alba de Narrativa.

“Cuando tienes un mercado donde no hay librerías (Manta) es difícil hacer un estudio, pero contábamos con la experiencia de las ferias  a las que íbamos, donde había una buena respuesta. Otro indicador que teníamos era nuestro sistema de entrega a domicilio a nivel nacional, y en Manta la gente usaba mucho este medio”, dice Kevin Wright, asesor cultural de Mr. Books desde hace tres años.

En los primeros días de apertura de la librería en Manta y en los siguientes dos fines de semana, la afluencia de la gente ha sido alta, dice Kevin, cuya postura frente al libro no es maniquea.

“No hemos caído en esa trampa esnobista de que hay buena o mala literatura, más nos concentramos en el tipo de lectores que hay en el país, y la verdad es que los lectores ecuatorianos son muy parecidos a los que hay en la región. Hay una cierta homogeneidad a nivel hispanoamericano y nos atenemos a esa realidad. Claro que acá somos más pequeños, atravesamos una crisis económica, pero no es que leamos menos como mucha gente piensa”, dice Wright.

Manta es una ciudad donde las actividades literarias y académicas han crecido en los últimos años. Una de las muestras más significativas de este panorama es el trabajo de  la editorial  Mar Abierto, de la Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí. En 2012, la Cámara Ecuatoriana del Libro registró 25 títulos del sello, lo que los puso en el tercer lugar de universidades con más publicaciones de ese año.

A partir del terremoto del 16 de abril, la editorial ha publicado dos libros impresos, de 500 ejemplares cada uno, además de 8 digitales. El ritmo de su producción bajó por una reducción de personal. Ahora, Alexis Cuzme edita, corrige y revisa mientras Joselo Márquez diagrama y diseña las portadas. Ambos se encargan del blog de la editorial y de sus redes sociales.

“La primera semana de apertura de la librería vi mayor movimiento de jóvenes, quienes compraban todo tipo de libros, más que nada sagas. De esa primera semana a ahora he notado que hay más y mayor variedad de títulos. Espero que la librería oferte algo más que obras,  que se convierta en un espacio cultural para presentaciones, pues eso genera mayor contacto con los lectores. He visto muchos libros de Penguin Random House, pero los sellos independientes escasean, espero que eso mejore”, apunta Cuzme. (I)