La Feria del Libro de Quito 2011, identificada como un encuentro dedicado a tratar el tema de las identidades, reúne a varios expositores en cuyas ponencias también se ha resaltado mucho la problemática que enfrentan los pueblos afrodescendientes del continente y del mundo, así como los problemas que la cultura de nuestros pueblos enfrenta, vistos desde perspectivas académicas  diversas.

Uno de ellos fue el profesor Joel Rufino Dos Santos, historiador y escritor, doctorado en Comunicación y Cultura por la Universidad Federal de Río de Janeiro. En conferencia dictada el pasado lunes 28 de noviembre, Rufino planteó dos vertientes desde las cuales es posible analizar las condiciones actuales de la cultura brasileña y, como consecuencia, de una parte históricamente fundamental de ella, como son  sus pueblos afrodescendientes: el fútbol y la política.

En el primer caso, el catedrático estableció un vínculo estrecho entre el fútbol, tan emblemático a nivel mundial para el Brasil de Pelé, Cafú y Ronaldinho, y el arte, concluyendo que en Brasil “el fútbol se transformó en un arte popular”.
La contradicción fundamental que expuso Rufino entre este arte popular y el poder (de la política, por ejemplo), le llevó a posicionar en el foro la segunda de las vertientes planteadas desde un principio, precisamente, la política.
“La vida de un pueblo y la vida política se aproximan, pero enseguida se repelen -dijo-. Van en caminos paralelos”.

Así pudo abordar el problema que significa la televisión brasileña y, sobre todo, la industria de las telenovelas brasileñas, que, según afirmó, son la causa principal de que la hegemonía televisiva haya vencido ante la posibilidad de que el pueblo se informe de su entorno. “La televisión en cierto sentido es una criatura gramsciana. Mucha gente se informa a través de la televisión y no a través de la escuela, de los museos o del arte”, remató, para graficar su idea sobre el poder televisivo como un gran aparato ideologizante que jerarquiza a la sociedad de acuerdo a sus intereses particulares, sometiendo al televidente a una receta prefabricada y a su inmovilidad social e intelectual.

Enseguida el profesor se refirió también a la música popular brasileña, y con ello a las distintas formas artísticas que en Brasil se convierten en expresiones políticas, una de ellas, dijo, es la música popular brasileña, cuyos referentes máximos son, entre otros, el ex ministro de Cultura del gobierno de Luis Inacio Lula da Silva, el cantautor afrobrasileño Gilberto Gil.

No obstante, Rufino fue más lejos y recomendó remitirse para este análisis al trabajo sobre la música popular realizado por el estudioso Mario de Andrade.

En la FIL-Q 2011 participaron también Oscar Chalá, Andrea Ocles  y Juan García  (Ecuador),  entre otros.