Recibió el premio príncipe de Asturias en 1995
Carlos Bousoño, un teórico de la poesía
Hay quienes consideran la poética y dedicación sobre el estudio del lenguaje de Carlos Bousoño (España, 1923) comparable con la del francés Roland Barthes. “Además de un gran poeta, fue un gran teórico literario”, dijo el director de la Real Academia Española (RAE), Darío Villanueva, sobre el autor tras dar a conocer su fallecimiento este sábado 24 de octubre a los 92 años.
Bousoño —según su propia denominación pertenece a la primera generación de la poética española de postguerra— publicó en 1945 su primer poemario titulado ‘Subida al amor’.
“La poesía de Bousoño irá cambiando y creciendo desde lo existencial a un simbolismo nuevo y a una forma de ensayismo lírico (el ensayismo como metáfora) que lo convirtió en uno de los poetas más notables de España, sobre todo entre los años 60 y 70, cuando aparecen dos de sus libros más valorados por la crítica y ambos premiados por ella: ‘Oda en la ceniza’ de 1967 y ‘Las monedas contra la losa”, escribió sobre el autor, el poeta y crítico literario Luis Antonio de Villena.
El poeta y filólogo Jaime Siles consideró que las ideas críticas de Carlos Bousoño determinan e impregnan casi toda la escritura poética de la segunda mitad del siglo XX, en cuyas polémicas estuvieron siempre muy presentes.
Su estudio ‘Teoría de la expresión poética’ le hizo ganador en 1952 del premio Fastenrath, otorgado por la Real Academia Española, de la que hasta este sábado fue el más antiguo de sus decanos.
Fue Premio de la Crítica, Premio Nacional de Poesía, Premio de las Letras Españolas, Premio Príncipe de Asturias, Académico de Número de la Real Academia Española de la Lengua, y es considerado sobre todo un poeta de múltiples y variados registros, que se extienden desde lo religioso hasta lo metafísico y lo existencial.
“Introdujo en nuestra poesía un tipo de composición que, sin ser conceptista, articuló una sintaxis muy compleja, proporcional a la profundidad de su pensamiento mismo, que, sin dejar de ser tan lúcida como lírica, venía a decir y salvar nuestra realidad”, dijo Siles sobre el autor.
Hoy los restos del autor serían incinerados en el cementerio de La Almudena, donde se encuentra el cadáver de Dámaso Alonso, uno de los importantes miembros que tuvo la RAE. (I)