Las aplicaciones móviles, principio del fin del SMS
El SMS vive horas bajas. Las aplicaciones móviles que permiten conversar sin costa adicional gracias al 3G, a las que se han sumado las propuestas de los gigantes Facebook y Google, se imponen.
La progresiva implantación de la navegación móvil por Internet (el 3G) y el auge en el desarrollo de centenares de aplicaciones de mensajería instantánea que permiten a los usuarios de estas redes conectarse con sus teléfonos sin tener que pagar cada vez que utilicen estos servicios están teniendo impacto negativo en mensajes de teléfono.
Según el informe anual de la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones española, los ingresos derivados del envío de SMS bajaron cerca de un 20% en 2010.
El mayor atractivo de esas aplicaciones es que, frente al pago asociado al envío de cada SMS, las comunicaciones que ofrecen son gratuitas porque se transmiten a través de la línea de datos del teléfono. Hay decenas de aplicaciones similares, pero la más popular es WhatsApp, compatible con Android, iOS, Blackberry y Symbian.
Además de chatear con los contactos conectados a WhatsApp, se pueden enviar imágenes, videos y archivos de audio, publicar la ubicación en la que se encuentra el usuario y describir su estado.
Comparten este espíritu de mensajería que va más allá de las limitaciones del texto de los SMS Group Me y Kik Messenger, y limitadas por su sistema operativo Blackberry Messenger y iMessage.
Hasta las redes sociales quieren hincarle el diente a esta manzana. Facebook lanzaba el pasado 9 de agosto una aplicación que permite mandar mensajes cortos de texto a los dispositivos móviles de Apple y aquellos con Android, lo que supone una extensión de su chat hacia los teléfonos inteligentes.
Introduciendo su usuario de Facebook, el dueño de la cuenta puede conversar tanto con los contactos de la red social como con los del teléfono móvil, ya sea de forma individual o en grupos, enviar imágenes e indicar su ubicación.
Por su parte, Google+ trajo consigo Huddle, que permite chatear desde el móvil con los contactos de la red social, ya sea en grupo o con una única persona. Para utilizar estas aplicaciones hay que poseer un teléfono inteligente, un dispositivo con el que en EE.UU. ya cuenta casi el 40% de los adultos, según la empresa Nielsen.
Por su parte, la consultora Gartner sostiene que en el segundo trimestre de 2011 las ventas de “smartphones” crecieron un 74% en comparación con el mismo período del año anterior, es decir que la cuarta parte de los teléfonos móviles del mundo son inteligentes.
En línea con estos datos, la International Telecommunication Union indica que los servicios de 3G aumentó a 72 millones de usuarios en 2005 y alcanzó a 940 millones en 2010.
En 2007, 95 países ofrecían este servicio y el año pasado la cifra ya ascendía a 143 estados. Sin embargo, pese a esta tendencia aún no ha llegado la hora del SMS. Según datos de International Telecommunication Union, cada segundo se envían en el mundo una media de 200.000 mensajes de texto y en los últimos tres años el volumen de SMS se ha triplicado.
¿Y por qué? Por una parte, las tarifas de datos aún son elevadas y por la otra, la telefonía móvil continúa su penetración en países en vías de desarrollo en su mínima expresión (voz y SMS), donde el 3G está al alcance de pocos. Pero el declive es cuestión de tiempo, como el descenso del correo postal por la irrupción del “email”.
Ecuador también entró en el tren de popularidad del SMS
La tecnología avanza a un ritmo vertiginoso convirtiendo en obsoleto hoy lo que ayer era una herramienta imprescindible de la vida cotidiana. Pasó con el "walkman", con los CD y empieza a pasar con los mensajes de texto de los teléfonos móviles.
El sms (Short Message Service) o servicio de mensajes cortos para teléfonos móviles, ganó popularidad en Ecuador en el 2000, década en la que las operadoras ofrecían planes con envíos ilimitados. Luego, las proveedoras del servicio limitaron el número de mensajes.