El imperio Samsung se disputa entre dos hermanos
Samsung hoy por hoy, comprende una gigantesca empresa que, además de su éxito en el campo de la tecnología, ha incursionado en diversos ámbitos como la industria pesada, automotriz, servicios financieros, productos químicos, venta al público y entretenimiento, lo cual le ha valido un amplio reconocimiento a nivel mundial.
Lee Byung-Chull fundó Samsung con la idea de dejarle un porvenir a sus siete hijos. Entonces el gigante de la electrónica surcoreana era una venta de pescado seco.
Ahora, el emporio enfrenta a dos hermanos. El mayor de los Lee le reclama al presidente de la compañía cientos de millones de dólares en acciones que formaban parte de la herencia paterna.
Lee Kun-hee, de 70 años, considerado el hombre más rico del país, está siendo demandado por su hermano mayor Lee Maeng-Hee, de 80, por US$623 millones de dólares. La disputa se centra en ocho millones de acciones de Samsung Life Insurance y 20 acciones de Samsung Electronics.
El demandante sostiene que, tras la muerte de su padre en 1987, Lee Kun-hee guardó en secreto las participaciones del Grupo Samsung que su padre atesoraba a nombre de varios directivos del conglomerado y que deberían haberse repartido entre los descendientes del fundador.
La demanda llega en un momento de solidez y expansión de la empresa. La gigante surcoreana, que ahora incluye la construcción naval, las telecomunicaciones, la electrónica y la construcción entre sus empresas, tuvo una facturación de US$220.000 millones en 2010.
La firma es considerada la segunda compañía con más producción después de la también coreana Hyunday.
No obstante, para algunos analistas, la disputa refleja cómo las rencillas familiares pueden evidenciar los puntos débiles de grandes marcas que nacieron como empresas familiares.