“Sin la intervención no hubiese obtenido la beca”
Hace un año y medio Raúl Quintero Hurtado, de 25 años, egresó de la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad de Guayaquil. Guarda entre sus recuerdos una clase en particular cuando cursaba el tercer año. Allí descubrió su inclinación por la genética. Uno de sus libros favoritos es ‘El Universo en tres pasos’ de David Garfinkle.
Al concluir sus estudios, Raúl contemplaba continuar una maestría de genética humana. Por la falta de recursos, como asegura, esto no ocurrió. “La maestría es bastante costosa. Había visto el pénsum en una universidad de Brasil, pero sabía que no podría estudiarla. No estaba listo para asumir los costos”, dice.
El 27 de noviembre esto cambió cuando recibió vía email la noticia de que era parte de los 225 mejores titulados en los últimos cinco años de la Universidad de Guayaquil.
Luego de que el Consejo de Educación Superior interviniera este centro de estudios se conformó el Grupo de Alto Rendimiento (GAR), con alumnos cuyo promedio les permite acceder a becas en las mejores universidades del mundo. Por el promedio de Raúl, de 9,3, obtuvo un pase a una de las universidades de prestigio.
“Es una oportunidad única que no creía que se daría estando fuera de la universidad. Sin la intervención no hubiera obtenido la beca. Todavía me parece irreal”, dice.
El joven recuerda que no era un excelente alumno en la secundaria “Estaba más interesado por la música y los instrumentos, como la guitarra y el piano. Pero cuando ingresé a la universidad me di cuenta que tenía que mejorar y decidí ponerle más ganas”.
Posteriormente, se inclinó por la genética, “ver cómo el estudio de los genes puede curar tantas enfermedades, como diabetes y obesidad, hizo que se incrementara mi interés”.
Raúl ya tiene dos opciones del centro de estudios al que postulará en enero. Uno de ellos es la Universidad de Zúrich de Suiza, donde funciona el Centro de Investigación más grande de Europa. Dos años durará la maestría.
Reconoce que dudó aceptar la beca de la Secretaría Nacional de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (Senescyt). Los consejos de su familia y de los amigos lo motivaron. De hecho, en el grupo de los mejores titulados se encuentran dos de sus compañeras de clases.
Aunque siente nostalgia dejar a su familia, Raúl califica de importante la iniciativa de becas. “El querer cambiar la matriz productiva del país es un reto grande, porque hay otros países que ya lo han hecho. En algún momento este modelo lo teníamos que aplicar”, expresa.
Agrega que una vez que concluya la maestría regresará al país para aplicar los conocimientos en genética. “Aún no he decidido si seré investigador o docente”.
Precisamente, el campo de la investigación es el que más inquieta a Raúl. Reconoce que fue baja su formación como investigador en la Universidad de Guayaquil.
“Una de las mayores fallas de las universidades es que no tienen cultura en investigación. Más allá de la falta de materiales, como radiactivos en la facultad, para mí ser investigador es algo innato, de una curiosidad que se puede formar y espero formarme allá”, indica.
Raúl está seguro de que a pesar de las falencias se ha autopreparado. Señala que previo a la postulación de las maestrías ha mantenido charlas con la Comisión Interventora sobre el programa GAR, en especial para conocer cómo desenvolverse mejor en el extranjero en cuanto a la cultura e idioma.
Capacitaciones serán en abril
Lobelia Cisneros, miembro de la Comisión Interventora de la Universidad de Guayaquil, explica que la elección de los mejores titulados se originó desde las diversas facultades. Hubo mayor impulso y prioridad a las carreras técnicas.
La lista de los mejores promedios que estuvieron arriba de los 9 puntos fueron revisadas por la Senescyt. Cisneros indica que otras ventajas del GAR es el curso de apoyo para fortalecer las herramientas de metodología e inglés, que servirán a los estudiantes para que se inserten en la universidad que elijan. El próximo abril iniciarán los cursos de capacitación.
“A partir de eso veremos qué chicos pueden vincularse de forma inmediata a una de las mejores universidades de excelencia que maneja la Senescyt, entre las que se encuentra la de Harvard, donde es difícil ingresar”, añade Cisneros.
Datos
Según René Ramírez, titular de la Senescyt, “la tasa de matrícula de ecuatorianos a las mejores universidades del mundo es de 44%”.
Las becas a las que se postulan son hasta de 250.000 dólares.
En las universidades de prestigio a las que aplicarán hay un 50% de profesores con Ph.D y 50% con maestrías.
La semana pasada 50 profesionales de la Facultad de Ingeniería Industrial, de la U. de Guayaquil, que solicitarán las becas del Grupo de Alto Rendimiento, mantuvieron reuniones con la Senescyt.